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Crece la presión sobre el BCRA

La dolarización de carteras afecta las reservas y complica los planes del Banco Central

07 agosto de 2015

La incertidumbre política, sumada a un contexto internacional cada vez más hostil, pone de manifiesto la complicada situación de las cuentas externas”, sostienen desde Analytica. “La continua caída de las exportaciones en un contexto donde los precios de las materias primas no repuntan y Brasil profundiza la recesión y la devaluación, complican la misión del BCRA de llegar a octubre con el dólar bajo control absoluto. La dolarización de carteras y la pesada carga de vencimientos de deuda en moneda extranjera del sector público serán un duro escollo para las reservas internacionales en estos meses”, amplían.

Con la pax cambiaria en un pasado remoto, las brechas en alza, sin “premios” para quedarse en pesos (pese a la tenue suba de tasas, que todos juzgan acertada, y que podría acentuarse hasta el 10-D), el vencimiento del Boden 15 acercándose, ventas récord de dólar ahorro, la fuente de agrodólares secándose, las reservas netas en baja y la “maquinita” funcionando a todo vapor para cubrir el creciente agujero fiscal, el BCRA está bajo presión. Como muestra vale un botón: el Banco Central está vendiendo cada vez más dólares.

¿Cómo sigue? Todos los consultores creen que la volatilidad cambiaria continuará. Es que hay un dato estructural que sigue latente, y no hará más que profundizarse en adelante: hay cada vez más pesos y cada vez menos dólares. El BCRA hará todo lo posible para mantener el “billete” oficial debajo de los $10 y evitar una devaluación, pero los perjuicios no serán menores. “El costo de esta estrategia implica seguir perdiendo competitividad, y esperamos que el tipo de cambio real en los próximos meses siga cayendo y se ubicaría en niveles aún más bajos que a finales de 2001”, señalan desde Analytica. Con los emergentes devaluando (y el principal socio comercial en una recesión draconiana), la pérdida de competitividadprecio de los transables argentinos se acelera y presiona sobre la tenue recuperación del nivel de actividad y sobre un superávit comercial muy menguado (será el más bajo, por lejos, de la posconvertibilidad).

La próxima parada es el 9-A: el resultado de las PASO determinará la conducta de los agentes y no será neutral para las variables macro. Predecir con exactitud cómo reaccionarán ante los resulta dos no es moco de pavo. Habrá que esperar a la semana siguiente para saber cómo interpreta “el mercado” los guarismos de las urnas.

En cualquier caso, el BCRA seguirá bajo fuerte presión y, por eso, los consultores se preguntan cuánto (más) nos puede ayudar China vía su swap. No es para menos: cerrados los mercados y con un saldo comercial casi nulo, es la principal fuente de financiamiento que hoy tiene el país. Tan es así que, según calcula el consultor Federico Muñoz, es probable que bastante más de un cuarto de las reservas sean yuanes depositados en una cuenta del Banco de China en Hong Kong, es decir, “indisponibles para enfrentar pagos de deuda pública y varias otras contingencias”. Un consultor, que solicita off the record, calcula que las reservas netas tras el pago del Boden 15 serán de apenas U$S 11.000 millones y agrega que las reservas netas, a diferencia de las brutas (que subieron U$S 2.400 millones), ya cayeron más de US$ 3.500 millones en 2015.

“Al último dato difundido (fin de mayo), el BCRA ya había utilizado U$S 7.300 millones de la línea de crédito por U$S 11.000 que había acordado con el Banco de China”, dice Muñoz. Pero según otro consultor, la cifra ya ascendería a U$S 8.300 millones, es decir, no quedaría mucho más en la olla oriental.

Así las cosas, el BCRA llegará al 10-D exhausto.

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