El Gobierno nacional declaró la emergencia y/o desastre agropecuario en doce distritos del oeste y centro bonaerense afectados por inundaciones entre marzo y agosto de este año. La medida, oficializada mediante la Resolución 1305/2025 firmada por Luis Caputo, permitirá a los productores acceder a beneficios impositivos y financieros contemplados en la Ley 26.509. Alcanzará a explotaciones rurales de Puán, Tornquist, Nueve de Julio, Carlos Casares, General Lamadrid, Coronel Suárez, Guaminí, Bolívar, Tapalqué, 25 de Mayo, Saladillo y Roque Pérez.
Para ser beneficiarios, los productores deberán presentar un certificado emitido por la autoridad provincial que acredite que sus predios fueron alcanzados por la emergencia. El listado de los afectados será remitido por la provincia a la Comisión Nacional de Emergencias y Desastres Agropecuarios. Además, bancos nacionales y mixtos, así como la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), deberán implementar medidas para garantizar el acceso a créditos blandos y prórrogas impositivas.
La situación responde a un ciclo climático adverso agravado por la tormenta de Santa Rosa, que dejó lluvias extraordinarias en regiones ya saturadas. Desde CARBAP advirtieron que en distritos como Bolívar, 25 de Mayo, Carlos Casares, 9 de Julio, Pehuajó y Lincoln se estiman más de un millón de hectáreas bajo agua, con severas dificultades para el desarrollo de la campaña agrícola.
La Bolsa de Comercio de Rosario reportó que la región núcleo también sufrió un exceso hídrico inusual para agosto, con registros de entre 120 y 260 milímetros en localidades de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires. Los suelos quedaron totalmente saturados, los caminos rurales intransitables y se estima que pasarán varios días antes de poder retomar las tareas de campo.
El exceso de lluvias ya impacta en la producción. El trigo, que hasta la semana pasada presentaba una condición favorable, enfrenta riesgos de enfermedades en áreas bajas. Al mismo tiempo, la siembra de maíz temprano deberá postergarse porque muchos lotes fertilizados podrían haber perdido nutrientes, lo que complica las perspectivas de la nueva campaña.


