El estreno del documental "50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa" en Netflix reavivó el debate público sobre el crimen ocurrido en Villa Gesell en 2020. Entre los nombres mencionados por los espectadores surgió el de Julieta Rossi, la novia de Fernando, cuya ausencia en la serie llamó la atención.
Julieta estaba en el boliche Le Brique la noche en que Fernando fue asesinado y lo acompañó en los días posteriores mediante marchas y reuniones con sus padres. Sin embargo, decidió mantener silencio desde el inicio de la causa y no participar del documental. Su entorno explicó que la joven optó por un duelo privado y alejado de la exposición mediática, que la llevó incluso a recluirse durante un año.

Durante el juicio en Dolores, Julieta tampoco estuvo presente. Su padre, Oscar Rossi, asistió en su nombre y declaró que su hija "no estaba emocionalmente preparada" para revivir los hechos. Según contó, la joven intentó reconstruir su vida tras perder a quien consideraba "el amor de su vida", con quien planeaba estudiar Derecho.
A casi cinco años del crimen, Julieta dejó atrás ese proyecto y se volcó de lleno a la danza. Hoy, con 23 años, es bailarina profesional y profesora, especializada en reggaeton, urbano, heels y femme style. Sus redes reflejan su crecimiento: acumula más de 380.000 seguidores en Instagram y varias de sus coreografías superan el millón de reproducciones.

Actualmente da clases en estudios porteños, trabaja en videoclips y shows en vivo, y compartió escenario con artistas como Ecko, Connie Isla, Marty D, Aitana y Flor Vigna. También viajó dos veces a Los Ángeles para perfeccionarse en el prestigioso Millennium Dance Complex, un proceso que, según ella misma expresó, marcó "un antes y un después" y se convirtió en una forma de sanar.
