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Joe Biden derrumbó a las criptos, pero les da razones para volver a subir

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Por Gonzalo Martínez Mosquera

La semana pasada continuó el derrumbe de precio en la mayoría de las criptomonedas.

Bitcoin llegó casi a tocar US$ 48.000, cayendo desde sus máximos cercanos a los US$ 65.000 que había registrado a mediados de mes: una corrección a la baja de aproximadamente 35%.

Al momento de escribir estas líneas la moneda se recuperó un poco y cotiza arriba de los US$ 54.000.

El resto de los criptoactivos en general tuvo un comportamiento similar. Ni siquiera se salvó la cripto del mes, Dogecoin, que arrancó como un meme y que llegó a ubicarse entre las 5 de mayor tamaño, según CoinMarketCap.

Incluso pudo superar momentáneamente a Tether, la stablecoin de mayor volumen que esta semana fue listada por Coinbase, exchange que empezó a cotizar en el Nasdaq este mes, como saben los lectores de esta columna.

La causa más mencionada para aquella debacle fue la iniciativa de la Casa Blanca para avanzar con una suba en el impuesto a las ganancias de capital, que pasaría del 37% actual al 39,6% para aquellos cuyos ingresos superaran el millón de dólares.

La propuesta tendría que pasar por el Congreso de Estados Unidos, donde hay bastante paridad entre ambos partidos, lo cual supondrá un gran desafío, que incluiría arduas negociaciones y que podrían generar modificaciones al proyecto.

De todas formas el solo anuncio alcanzó para generar una enorme caída en los precios y significó una pérdida en capitalización de mercado cercana a los US$ 300.000 millones.

Entre los que más sufrieron estuvieron los famosos trusts cripto administrados por GrayScale, que justamente habían sumado US$ 1.000 millones el día previo a que se conociera la propuesta impositiva.

De hecho el Trust de Bitcoin llegó a cotizar 19% por debajo del precio equivalente de sus activos de referencia cuando unos meses antes lo hacía hasta 40% por encima de los mismos.

El derrumbe se aceleró además por una gran liquidación de posiciones en diferentes exchanges alrededor del mundo.

En el mundo cripto es muy relevante el mercado de derivados, que permite apostar con apalancamientos de hasta 100x a la suba (long) o baja (short) de los activos subyacentes.

El método es simple. Por ejemplo: si se quiere ir “long”, se pide un préstamo en stablecoins (criptodólares) y con ellas se compra el activo por el que uno quiere apostar.

Como garantía se entrega ese mismo activo y de esa manera si este sube de precio, uno puede venderlo por criptodólares con los cuales paga el préstamo quedándose con la diferencia, además de la ganancia por la cripto que se dejó en garantía.

En caso de que la cripto caiga de precio, el exchange liquida la posición vendiendo la garantía para devolver el préstamo más los intereses al prestamista.

Esta operatoria puede también hacerse en exchanges descentralizados cuyo funcionamiento se encuentra directamente programado en la blockchain sin una autoridad central que lo maneje.

Los desarrolladores de estos DEX (exchanges descentralizados) suelen reservarse, sin embargo, una llave de acceso por caso que hubiera alguna falla en su código.

En general, este tipo de exchanges son administrados por DAOs (Organizaciones Autónomas Descentralizadas, por sus siglas en inglés), los cuales funcionan por sistemas de votación entre aquellos poseedores del token de gobernanza, trabajo por el cual estos suelen recibir una renta.

El Estado de Wyoming, de hecho, acaba de aprobar la legislación que les da a las DAO el carácter de SRLs (Sociedad de Responsabilidad Limitada).

Ese Estado es el más “cripto friendly”, pero este suceso muestra claramente que el ecosistema es mucho más que sólo una herramienta de especulación financiera.

Es importante siempre operar con exchanges serios, pues los vaivenes de las criptos son tierra fértil para las estafas como el “front running”, en la cual la casa de cambio aprovecha su información privilegiada para anticiparse a los movimientos de sus clientes tomando una ganancia.

La semana pasada se supo que Binance, probablemente el exchange más importante del mundo con origen en China, contrató a Brian Brooks como CEO de su unidad en Estados Unidos.

Este acaba de dejar su puesto como director de la Office of the Comptroller of the Currency (OCC), ente público encargado de cuidar por la salud del sistema monetario en el país del norte.

Es un esfuerzo más por acercarse al mundo regulado.

Paxos, por su lado, obtuvo finalmente su licencia bancaria que le va a facilitar el uso del sistema de pagos para sus operaciones cripto. Paxos es un emisor de stablecoins que además provee servicios de compra y venta de activos para la plataforma PayPal.

De todas formas, y volviendo a los precios, el hecho de que haya tanta apuesta apalancada genera que una baja fuerte suela desatar una serie de liquidaciones en las posiciones que acentúan aún más la caída.

Es justamente lo que ocurrió en estas semanas.

Según el sitio especializado Bybt.com, 580.000 traders vieron sus posiciones liquidadas en sólo 24 horas. Esto implica que hay muchos bitcoins y otros activos que se vendieron a la fuerza para poder cumplir con los compromisos.

Puede representar una clara oportunidad de compra una vez que los activos encontraron piso y se estabilizaron en él. La clave está en tomarle el timing al mercado, si es que tal cosa es factible.

Así como Biden y su administración fueron la causa del derrumbe también son una razón para creer en una futura suba de las criptos.

El plan superambicioso de infraestructura de la administración supone el gasto de US$ 2,2 billones en el transcurso de 8 años, cuenta con gran apoyo de la sociedad e incluso algunos congresistas, como el caso de Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), bregan por un mayor impulso.

El problema es que, previo a la pandemia, Estados Unidos se estaban acercando peligrosamente al pleno empleo, lo cual suele imprimir presiones inflacionarios por la aparición de cuellos de botella.

La aparición del virus generó una caída en el crédito privado que significó espacio fiscal para aumentar el gasto público. A medida que avanza la vacunación, y se vuelve a cierta normalidad, ese espacio se reduce poniendo una señal de alerta en los precios.

Lanzar un plan de infraestructura implicaría echar más leña al fuego. Tal es así que incluso los proponentes de la Teoría Monetaria Moderna (MMT), que suelen ser el ala más abierta a aumentar el déficit fiscal, están alertando ya sobre una posible suba en el nivel general de precios.

Una de los refugios naturales para preservar los ahorros en estas circunstancias ha sido desde siempre el oro. El Bitcoin, que empieza a perfilarse como la versión digital de aquel metal, podría recibir un nuevo impulso en caso de que la suba en el nivel de precios se consolidara.

El futuro de Bitcoin danzará entre quienes lo vean como una cobertura ante presiones inflacionarias y aquellos que lo ataquen con impuestos y regulaciones.

Nada es seguro en este mundo, no se engañe por aquellos que tienen “la posta”.

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