De a poco, Alberto Fernández da señales de que comienza a pensarse en el escenario poscuarentena. Los viajes a las provincias, su presencia en empresas que retoman actividades y su reunión con los principales empresarios del país, el miércoles en Olivos, apuntan en la misma dirección. Son gestos que implican que anticipan que se viene una etapa de diálogo, y no de confrontación, entre el Gobierno y el sector privado.
Fernández les dejó en claro a los empresarios que sus declaraciones sobre Techint obedecieron a un tema puntual y que las iniciativas de Fernanda Vallejos no tenían ningún respaldo en la coalición oficialista.
El clima de diálogo entre el Presidente y los gobernadores de la oposición para enfrentar al coronavirus podría ser continuado en el terreno de la economía y, allí, la posibilidad de constituir un Consejo Económico Social o una instancia similar y fortalecer acuerdos bilaterales como los de la UIA con la CGT pueden marcar la etapa que viene. En ese sentido, el Presidente destacó ayer la mención que hizo el empresario Javier Madanes sobre un acuerdo social.
Pero gestos no significan que haya definiciones claras como sigue la economía cuando la pandemia empiece a ceder.
Para tener claro lo que puede ocurrir habrá que despejar algunos interrogantes. El primero es saber cuánto durará la cuarentena en el AMBA porque eso dará la pauta del grado de destrucción que tendrá la economía. A mayor duración, mayor caída que obligará a empezar la recuperación desde un piso más bajo. Fernández les deja en claro a todos sus interlocutores que la culminación de la cuarentena no tiene fecha.
Otro dato clave es lo que pase con la deuda. Fernández se mostró optimista al respecto ante los empresarios que se fueron de Olivos convencidos de que habrá finalmente un acuerdo con los bonistas.
Con esos dos datos despejados, empezará la tarea de encender, finalmente, una economía que el Presidente quiere encarar sobre la base de acuerdos.
