La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó medidas de estímulo por US$ 2 billones y Donald Trump ya lo firmó. Por ende, comienza a ser operativo.
Las grandes empresas recibirán asistencia por US$ 500.000 millones y Boeing será especialmente beneficiada. Las compañías de menor tamaño tendrán ayuda por US$ 350.000 millones, a los ciudadanos de ingresos medios-bajos y bajos les llegarán cheques de US$ 1.200 y otro de US$ 500 por hijo.
A su vez, se incrementó el monto de los subsidios de desempleo, un tema sensible luego de que se conociese el jueves que 3.283.000 personas lo había solicitado la semana pasada.
El plan también prevé postergaciones y reducciones en el pago de impuestos.
De todas maneras, los analistas sostienen que no se trata de medidas para recuperar la economía sino para mitigar los problemas que sufren muchos sectores.
Entre los que consideran que sus necesidades no fueron tenidas en cuenta están los gobiernos locales, y por eso, la Reserva Federal se comprometió en asistirlos para que mejoren su situación financiera.
El debate en el Gobierno sobre cuando aflojar con las medidas sanitarias para que el nivel de actividad y el empleo no se sigan derrumbando, sigue abierto. Este fin de semana, Trump, que defiende la oposición de una normalización rápida de la economía, evaluará las distintas alternativas que le presentaron sus asesores.
El viernes, los mercados accionarios tuvieron una caída, pero eso no impidió que cerrasen su mejor semana en años con el índice S&P 500 subiendo 10%. De todas maneras, sigue 25% por debajo de su nivel máximo alcanzado en febrero.
A su vez, el dólar se debilitó en la semana demostrando que bajó ligeramente la incertidumbre de los inversores, que en un momento, parecían querer sólo cash verde.
Asimismo, el número de infectados por Covid-19 superó los 100.000 casos en EE.UU.
