Los socios del PRO en Juntos por el Cambio tuvieron distinta suerte a la hora del cierre de listas. La Coalición Cívica mejorará su representación con candidatos con un perfil muy definido: muy cercanos personalmente a Elisa Carrió pero sin peso político propio. Consiguió incorporaciones en la lista de diputados nacionales en la CABA, Mariana Zuvic es la más conocida de ellas, pero también en la provincia de Buenos Aires pese a no tener ninguna inserción real en el distrito. No hay duda de que en la Casa Rosada la quieren a Carrió tranquila, consideran que es un activo de la coalición y ella respondió con un estratégico silencio en las últimas semanas. No le fue mal, dado que tendría un bloque de 15 diputados a partir de diciembre.
En la UCR, el panorama es más heterogéneo. El partido cumpliría con su objetivo de, como mínimo, retener las bancas que pone en juego, y puede sumar hasta dos senadores, pero mientras que en algunos distritos se observan avances, en otros no.
El mayor logro lo obtuvo en la CABA ya que llevaría a Marín Lousteau como primer candidato a senador, que más allá de la banca que obtenga, se consolidará como una figura política nacional. También podría incorporar dos diputados nacionales.
De esa manera, el radicalismo pasaría a tener seis legisladores nacionales por la CABA, tres más que en la actualidad. Distinta es la situación en la provincia de Buenos Aires porque la UCR no va a incrementar su representación parlamentaria pese a tener al vicegobernador y contar con cuarenta intendentes. Va a reelegir a Miguel Bazze y a Karina Banfi e incorporará a Sebastián Salvador en lugar de Alejando Echegaray. Pero no tendrá figuras de peso en el Congreso que le permitan tallar en el juego nacional. En Córdoba y Mendoza, por el contrario, las listas serán encabezadas por dos nombres fuertes: Mario Negri y Alfredo Cornejo, respectivamente. Negri podría seguir presidiendo el interbloque de Juntos por el Cambio mientras que Cornejo sería una de las autoridades de la Cámara de Diputados.
La UCR tiene todavía la posibilidad de disputar la gobernación de Santa Cruz. En todos los demás distritos, sus candidatos perdieron frente a una ola de triunfos de los oficialismos locales y porque, además, las elecciones coincidieron con el momento de peor imagen del gobierno nacional.
