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Nación-provincias, el Presupuesto abre la disputa que viene

En los próximos meses se tensará la relación entre gobernadores y la Casa Rosada, con varios frentes abiertos

22 septiembre de 2017

Por Mariano Espina

El Presupuesto 2018 será la instancia formal del inicio de una fuerte discusión que protagonizará la Casa Rosada con los gobiernos provinciales en el tramo final del año. De este proyecto y otros temas coyunturales se desprenden más puntos conflictivos, pero la estrategia oficial no será la de discutir por separado, sino en conjunto.

Para resumir, a la forma en la que se distribuyen los recursos que se asignan en el proyecto presupuestario se suman también otros reclamos: la demanda bonaerense para recuperar el Fondo del Conurbano; la deuda que la Nación contrae con un número de provincias por la coparticipación; el déficit que trece distritos tienen con las respectivas cajas previsionales; renovación del pacto fiscal y la prórroga del impuesto al cheque. Hay, a su vez, discusiones que se dan tratando de alcanzar acuerdos, por caso, el proyecto de responsabilidad fiscal.

Ante este escenario, y reconociendo al Congreso como centro en el que se libra la disputa, los gobernadores configuran el marco de alianzas entre sus pares pero también formalizan relaciones con nexos legislativos.

De este proyecto y otros temas coyunturales se desprenden más puntos conflictivos, pero la estrategia oficial no será la de discutir por separado, sino en conjunto

Al Gobierno no le gustó la foto que reunió hace ya unas semanas a veintiún provincias, entre gobernadores y vicegobernadores, y que no discriminaba por origen partidario. El espacio que identifica a cada mandatario quedó atrás cuando lo que se está en juego son fondos por miles de millones de pesos. El Palacio de Justicia comenzó a recibir a representantes de las provincias para escuchar el descargo sobre la demanda que el año pasado presentó María Eugenia Vidal y cuyo fallo podría ser dictaminado semanas después de las elecciones del 22 de octubre.

Los gobernadores ya han formulado más de una salida a un posible fallo que favorezca a Buenos Aires. Una, sería la compensación mediante el impuesto al cheque, pero en el proyecto que se envió al Congreso, el Gobierno ratificó su intención de que sea la Anses la que perciba el mayor porcentaje de lo recaudado por este tributo. Otra, sería incluir al distrito que gobierna Vidal en de la distribución del Fondo del Conurbano. El resto de las provincias perderían ingresos, pero el daño sería menor.

El Gobierno, en tanto, aspira aque las asignaciones de obra pública sea la moneda de cambio para resolver conflictos puntuales con determinadas provincias. Pero desde el interior del país ya se opusieron a la intención oficialista. En parte, porque aseguran que hubo un bajo nivel de ejecución de obras que habían sido asignadas en el anterior Presupuesto. Este dato será uno de los principales argumentos que utilizarán los diputados que responden a gobernadores del PJ dialoguista, según pudo averiguar El Economista.

Pero hay otro punto que preocupa a los gobernadores. “No queremos aprobar un Presupuesto desconociendo el proyecto de Reforma Tributaria, necesitamos saber como quedarán nuestros recursos en un futuro”, aseveró el diputado salteño Pablo Kosiner, cercano al gobernador Juan Manuel Urtubey.

Al Gobierno no le gustó la foto que reunió hace ya unas semanas a veintiún provincias, entre gobernadores y vicegobernadores, y que no discriminaba por origen partidario.

La discusión recién comienza y tomará más fuerza luego de las elecciones de octubre. Los comicios serán determinantes a su vez para consolidar líderes entre los gobernadores y entre los legisladores. Asimismo, el oficialismo dejó entrever su deseo de tratar el Presupuesto con la próxima composición legislativa. En ese sentido, comienza a imaginar como estarán conformados los bloques, para saber con cual negociar.

Alianzas

Diego Bossio en Diputados y Miguel Angel Pichetto en el Senado se postulan para ser la correa de transmisión de los gobernadores peronistas en el Congreso. Así fue en 2016. El primero confía en mantener el Bloque Justicialista y que este crezca a partir del 10 de diciembre. El segundo, en parte, sueña con lograr la independencia del sector kirchnerista que actualmente forma parte del bloque PJ-FpV. Tanto Bossio como Pichetto cuentan con la confianza de los mandatarios y también gozan de una buena relación con el Gobierno, pero en particular con las espadas del oficialismo en el Congreso: Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados y Federico Pinedo, presidente provisional del Senado. Fuera del Congreso, Rogelio Frigerio (ministro del Interior) seguirá siendo el hombre clave en la relación con las provincias.

Pero hay otros dos que aspiran a fortalecer el vínculo con los gobernadores peronistas. Tanto Sergio Massa como Florencio Randazzo trabajan para ser el nexo bonaerense de los mandatarios. Massa tiene a su favor contar con un bloque numeroso en Diputados y haber recibido un millón y medio de votos en las PASO. Randazzo, a su vez, saca pecho al señalar que es el candidato del PJ en la provincia, pero no le sobran emisarios legislativos.

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