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Se acabó el congelamiento y Vaca Muerta reaccionó positivamente

05 diciembre de 2019

Terminado el congelamiento de 90 días luego de las PASO del 11 de agosto, Vaca Muerta empieza, lentamente, a recuperar sus niveles de actividad. El ritmo de punciones en noviembre creció más de 72% respecto a octubre, mes en el que se había registrado el nivel más bajo en casi dos años. Según el diario Río Negro, sin embargo, aún hay un atraso del 20% en la actividad.

Los datos provienen de la compañía NCS Multistage y muestran que las etapas de fractura alcanzaron las 537 el mes pasado.

Ese valor significa que se superaron las etapas alcanzadas en octubre y, también, en septiembre: habían sido 508. Sin embargo, no se alcanzaron las 676 etapas de fractura de agosto.

“Los datos también muestran que tanto Pan American Energy, Pampa Energía, Total Austral, Shell Argentina e YPF fueron las compañías que tuvieron más trabajos el mes pasado”, dijo el diario Río Negro. La petrolera de bandera fue la que mostró mayor actividad en la formación (280 etapas), PAE, Total y Shell mostraron un nivel similar mientras que Pampa fue la que menos punciones realizó.

“Comienzan a sentirse los efectos del fin del barril criollo”, dijeron desde Delphos en su reporte del miércoles. “El aumento en las fracturas se da luego de que finalicen los 90 días del congelamiento, lo que generó cierta convergencia, aunque parcial, del precio del crudo interno a los niveles internacionales”, agregaron.

Según sus números, la brecha entre el Brent y el “interno” se sitúa en 20%, teniendo en cuenta que este último se comercializa cerca de los US$ 52 y el Brent oscila en US$ 62,5.

La brecha ascendía a 34% un mes atrás. La conclusión es obvia: “Queda claro que el futuro de Vaca Muerta depende de las señales de precios”. Aun está por verse si el nuevo Gobierno lo entiende.

“Sin dudas, será una buena noticia si las cifras se confirman y se consolida la recuperación de la actividad en los próximos meses”, dice Alejandro Einstoss del IAE “Gral. Mosconi” ante El Economista. “Sin embargo, superado el congelamiento del precio interno del petróleo, Vaca Muerta muestra su cara más frágil y surgen preguntas que todavía no encuentran respuesta”, dice y enumera: “¿Soporta el proyecto una reducción del precio internacional del crudo en torno a los US$ 50 el barril? ¿Qué pasará con la producción de gas natural no convencional cuando finalice la actual política de subsidios? El desarrollo de VM a gran escala necesita de infraestructura (gasoductos, trenes, puertos y demás, ¿cómo y quién financiará estos proyectos?”.

“No hay dudas, eso sí, que el costo de capital es y será central para que Vaca Muerta sea viable y la coyuntura no ayuda. Sera responsabilidad del próximo Gobierno encontrar respuestas a estas preguntas. Ojalá que la aproximación al proyecto Vaca Muerta sea inteligente, que la política pública se aleje del pensamiento mágico y la captura corporativa”, concluye Einstoss.

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