Con la sanción de la Ley Bases y el Paquete Fiscal, el presidente Javier Milei tendría las herramientas para alcanzar los objetivos propuestos por su espacio. En aquellas negociaciones, el oficialismo tuvo que ceder parte del contenido de los proyectos originales a cambio de las voluntades positivas de los senadores necesarios para avanzar en su aprobación.
La Casa Rosada había argumentado que "la casta" obstaculizaba las reformas que el oficialismo considera necesarias. Pero la oposición dio vuelta ese discurso al aprobar sus proyectos y sostiene que Milei ya no tiene "excusas" para comenzar a mostrar los resultados que la sociedad demanda.
Ahora que La Libertad Avanza tiene los instrumentos que reclamaba, los llamados dialoguistas endurecen su postura frente al Gobierno. Los bloques que entonces colaboraron con el oficialismo, priorizan, en este momento, su propia agenda. Así, los funcionarios libertarios se enfrentarán a un nuevo período legislativo en que tendrán que encarar negociaciones más duras que las dadas anteriormente.
El analista Julio Burdman aseguró que "las relaciones de Milei con los bloques del Congreso van a ser siempre tensas". Se trata de una cuestión estructural, dado que el Presidente "está decidido a imponer un programa económico que implica un ajuste del gasto público consolidado", sostuvo.
Una sesión fallida
Una muestra de ello fue la caída de la sesión del miércoles 7. Antes del receso, el oficialismo había convocado a un encuentro en la Cámara de Diputados con el objetivo de aprobar, sin mayores riesgos, una serie de acuerdos internacionales y tratados diplomáticos. Sin embargo, la sesión cayó por falta de quórum.
Hubo bancas vacías en algunos sectores, pero la principal ausencia tuvo que ver con el bloque de Hacemos Coalición Federal, liderado por Miguel Ángel Pichetto.
La explicación oficial que esgrimieron desde el espacio fue que en la reunión de Labor Parlamentaria, donde los jefes de bloque acuerdan cómo se ordena el desarrollo de la sesión, no se llegó a un acuerdo.
Pero los reclamos del bloque de Pichetto son más amplios. En la reunión de Labor Parlamentaria dejaron en claro que aspiraba a ser parte de la agenda parlamentaria y recriminaron al oficialismo que el tratamiento de sus temas se demora en las comisiones y sus proyectos no se incluyen en los temarios de las sesiones especiales.
Por eso, el bloque informó que no iban a ser funcionales a discutir "la agenda identitaria de los extremos del arco político", e instaron a Menem a que "recupere el normal funcionamiento" de la Cámara.
De esa manera, el espacio marcó un límite a la agenda del Gobierno y subrayó su propia identidad, así como también el peso de su bloque en el Congreso. En rigor, este cambio de posicionamiento puso en evidencia la debilidad del oficialismo en la Cámara Baja, ya que, con los 16 integrantes de Hacemos Coalición Federal, se hubiera alcanzado el quórum necesario para dar inicio a la sesión.
El analista Julio Burdman señaló que Pichetto, además de representar a algunos gobernadores, también representa "un plan de reconstrucción de poder en un espacio panperonista". "Hoy comienza a tener de a poco una agenda política con alguna finalidad electoral", afirmó.
Apoyo parcial
Una situación similar es la que atraviesa el PRO. El expresidente Mauricio Macri emprende distintas acciones para mantener una línea general de apoyo al gobierno de La Libertad Avanza, pero también marcar algunas diferencias con el oficialismo y aclarar que no son lo mismo.
Durante el tratamiento de la Ley Bases y el Paquete Fiscal, el partido amarillo dio un respaldo absoluto a las medidas del oficialismo. Ahora, el expresidente intenta preservar la identidad del PRO, reforzando la idea de independencia respecto del Gobierno, marcando una agenda propia y solo apoyando las medidas que se consideren beneficiosas.
Todo esto complica a La Libertad Avanza en la Cámara Baja. Sucede que con 38 diputados, el apoyo de los espacios restantes fue imprescindible para permitir el avance de sus proyectos. Ahora que ese respaldo está condicionado, y ya no se puede acusar la obstaculización del Congreso a la gestión del Gobierno, el oficialismo deberá hacer mayores esfuerzos para conquistar voluntades positivas entre los bloques dialoguistas.
Próximos debates
La Casa Rosada trabaja desde hace varios días con todos los referentes de la oposición dialoguista para comenzar a debatir todos aquellos proyectos que quedaron fuera de la Ley Bases, así como también los 10 puntos que se establecieron en el Acta de Mayo y que van a ser trabajados por el denominado Consejo de Mayo.
Uno de los temas más dialogados es el de la reforma política, que incluye cambios en el financiamiento de los partidos, limitaciones para las campañas, la eliminación de las PASO y la incorporación de la Boleta Única de Papel.
De cara a las elecciones legislativas del 2025, La Libertad Avanza apura las discusiones sobre cambios en materia política porque el tiempo es ajustado. Sucede que el Congreso no discute modificaciones en las reglas de juego en los años electorales, por lo que quedan apenas cinco meses para promover reformas en la manera en la que se ejerce el voto.
Las negociaciones cuentan, además, con la complejidad que define la Constitución Nacional. Para modificar cuestiones de índole electoral, se requiere una mayoría absoluta en ambas cámaras, y el titular del cuerpo no tiene la oportunidad de desempatar.
El oficialismo aún no alcanzó un acuerdo con los dialoguistas en algunos de estos temas, tal como la eliminación de las PASO. La situación de tensión en el Congreso anuncia dificultades en este sentido, dado que son reformas que exigen un profundo debate y un amplio respaldo.
