En medio del debate en torno a la concesión o no de un bono de fin de año para los trabajadores, el secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana, consideró que la reunión que tuvo la semana pasada el Gobierno con la CGT generó una “expectativa exagerada”. El funcionario aclaró que “lo único” a lo que se comprometieron ante los sindicalistas fue a “analizar los planteos y darles una respuesta en diez días”. Por otro lado, sostuvo que de ningún modo la inflación va a cerrar este año en torno al 40%, e incluso arriesgó que los trabajadores terminarán el 2016 “empatando o ganándole al régimen inflacionario”.
El jueves pasado la cúpula de la CGT fue recibida en el Ministerio de Trabajo por un grupo de ministros, entre los que se contaron el de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay; el de Trabajo, Jorge Triaca y el propio Quintana, entre otras figuras de primera línea del Gobierno.
En esa ocasión, ambas partes firmaron un acuerdo en el que quedó asentado el pedido de los sindicalistas de conseguir una “una compensación de fin de año para los trabajadores activos de los ámbitos privado y público, jubilados, pensionados y beneficiarios de planes sociales” y “la exención del medio sueldo anual complementario de diciembre del Impuesto a las Ganancias”. Los ministros, por su parte, se comprometieron por escrito a evaluar los pedidos y darles una respuesta en el plazo de diez días.
En este marco, Quintana dijo ayer que las expectativas que se generaron luego de esa reunión no corren por cuenta del Gobierno y que “no hay ninguna definición todavía”. “Lo único que dijimos es que nos vamos a tomar estos días, reconocemos la validez de alguno de los puntos levantados”, sostuvo, y recordó que hay una situación de “restricción fiscal muy dura, y una realidad social contundente que es la que acaba de mostrar el Indec con 32,2% de pobreza”. En este sentido, dijo que el compromiso del Gobierno debe ser “con los que menos tienen”. “Con una manta corta tenemos que priorizar la asignación de recursos hacia ellos”, dijo, utilizando una metáfora de vieja data.
Quintana se refirió también a la problemática de la inflación, y desmintió que la acumulación anual vaya a rondar el 40%. “Va a cerrar bastante por debajo de eso, puede ser de 35% o 36%”, dijo. El funcionario explicó que los acuerdos paritarios de este año se fijaron en torno al 33% y que si bien “es cierto que hay algunos puntos menos”, en la medida que la inflación se mantenga alrededor del 1% mensual esa diferencia “se va a ir recortando”. “Además, en marzo subimos las asignaciones familiares y el mínimo no imponible. Cuando vos metés eso en la inflación muchos trabajadores habrán terminado el año inclusive empatando o ganándole al régimen inflacionario”, arriesgó.
Más voces
Por su parte, Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA y titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), descartó ayer la implementación de un “bono generalizado” en el sector de la alimentación, al remarcar que esa actividad tiene vigente catorce convenios distintos y que, en algunos casos, se está cobrando en cuotas los aumentos ya establecidos en paritarias. El titular de la Copal especificó que “el más vinculado a la alimentación propiamente dicha, cerró un acuerdo paritario del 36% desde mayo”, con lo cual no ve “factible” una eventual “reapertura del convenio, cuando se está cobrando una de las etapas de ese incremento”.
Desde la CGT, por otra parte, Pablo Moyano consideró que las declaraciones de funcionarios del Gobierno referidas a que en la reunión con la central obrera “no se acordó absolutamente nada” son una “provocación”. El secretario adjunto de Camioneros afirmó que, de no darse una respuesta a los reclamos del sindicalismo, deberá ejecutarse el paro con el que vienen amenazando. “O seguimos permitiendo el verdugueo del Gobierno o convocamos una medida de fuerza”, sintetizó.
