Con el 38% del padrón nacional, la provincia de Buenos Aires siempre es clave. Paradójicamente, allí el gobernador Daniel Scioli obtuvo resultados menores a los que esperaba ?y necesita-. No logró superar el 40% y quedó muy lejos de los números del FpV en el atípico 2011 pero también de los guarismos de 2007. Del mismo modo, Mauricio Macri hizo una pobre elección en la CABA, quedando por debajo del 45% logrado por Horacio Rodríguez Larreta para las elecciones a jefe de Gobierno. Ambos deberán crecer en su distrito de influencia y donde más dificultades tienen: Macri en el Gran Buenos Aires y el norte argentino y Scioli en la franja central del país.
Además, en simultáneo con las elecciones presidenciales, se elegirán senadores en ocho provincias y gobernadores en once.
En Buenos Aires, Catamarca, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Misiones, San Juan y San Luis se encaminan a ganar los oficialismos provinciales, mientras que en las tres restantes habrá elecciones más competitivas. En Chubut, el oficialismo competirá contra el peronismo local encabezado por Mario Das Neves. En Jujuy y Santa Cruz, las listas de diputados que unieron a UNA y Cambiemos en las PASO sumaron más que el FpV, por lo que si esos votos se trasladan al candidato único de la oposición ?Gerardo Morales y Eduardo Costa, respectivamente-, habrá cambio de signo político.
En el Congreso, con resultados similares a los de las primarias, el peronismo fortalecerá su peso en el Senado y será el bloque más grande en Diputados, aunque no tendrá mayoría. Si gana Scioli y los legisladores justicialistas se alinean a la Casa Rosada, el peso del PJ será mayor; si triunfa Macri, tendrá que gobernar con minoría en el Congreso, aunque probablemente con un peronismo dividido enfrente.
