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Cristina negó cargos y no aceptó preguntas

Apuntó contra los jueces de la causa Vialidad y contra el gobierno de Macri. Dijo que es un caso de lawfare y que lo que se le imputa es de competencia provincial

03 diciembre de 2019

Cristina Kirchner prestó ayer declaración indagatoria en el juicio oral por la causa Vialidad y se defendió con acusaciones contra los jueces y el gobierno de Mauricio Macri. Negó las imputaciones que se le hacen en el expediente, pero no accedió a responder preguntas de los magistrados ni del fiscal. Su discurso estuvo enmarcado en el concepto de lawfare (guerra judicial), muy utilizado en los últimos tiempos, incluso por el papa Francisco. Cristina fue enérgica en su intervención y elevó el tono de voz en varias ocasiones.

La expresidenta hizo, a través de su abogado, Carlos Beraldi, un último intento por lograr la televisación en directo de la audiencia, medida negada por el Tribunal Oral Federal Nº 2 pero violada por algunos canales que difundieron la indagatoria. Por la tarde, la propia Cristina publicó la declaración completa en YouTube.

Los jueces Jorge Gorini, Andrés Basso y Rodrigo Giménez Uriburu fueron destinatarios de frases muy duras de la expresidenta. “Si alguien tenía dudas de la existencia del lafware, la lectura del presidente del tribunal del rechazo del recurso de transmisión es una clase práctica del lawfare en Argentina”, fue la primera frase que dijo la actual senadora al comparecer en la Sala AMIA de los tribunales de Comodoro Py. Y explicó que el lawfare es “la articulación de los medios y del Poder Judicial para perseguir a líderes políticos de los gobiernos que tuvieron lugar durante las últimas décadas en la región”.

Al ingresar los recursos en jurisdicción provincial, la competencia donde se produjo el hecho es la provincia”, dijo.

En el juicio, se la acusa de encabezar una asociación ilícita que direccionó obras públicas en Santa Cruz hacia empresas de Lázaro Báez, en condiciones irregulares de contratación (como sobreprecios). Al defenderse, la exmandataria afirmó: “Se rechazaron todas las medidas de prueba que pedimos. Solamente eligieron cinco obras de las 51 investigadas (para realizar un peritaje en el que se determinaron sobreprecios). Estos mismos hechos ya fueron juzgados y sobreseídos en Santa Cruz”.

Cristina negó ser la responsable del otorgamiento de las obras a Báez. “Hay, entre mí y el último funcionario, doce estamentos. Yo no designo al administrador de vialidad provincial. ¿De qué estamos hablando y yo aclarando estas cosas, que las sabe un estudiante de segundo año de derecho?”, reprochó en un acalorado tramo de su intervención. Y señaló: “Al ingresar los recursos en jurisdicción provincial, la competencia es la de la provincia donde es la provincia”.

Cuando comenzó la indagatoria, la expresidenta pidió tener sobre el escritorio “una botella de mi agua” porque, según dijo, la aquejaba “una bronquitis”. Al iniciar su exposición, señaló que resolvería “después, oportunamente” si respondería preguntas, a lo que finalmente se negó.

La causa Vialidad “fue un plan ordenado por el gobierno saliente”, según declaró la vicepresidenta electa, quien apeló a un peritaje de Vialidad Nacional que resultó favorable a ella. Dijo que, en 2.200 kilómetros de ruta analizados, “los desajustes no fueron relevantes”, porque fueron del “0,1%”.

En un tramo de su indagatoria, Cristina pidió que el TOF Nº2 incorpore al expediente elementos que tiene en su poder el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, en una causa por supuesto espionaje, y aprovechó para disparar contra el fiscal Carlos Stornelli, implicado en esa causa y a cargo de la investigación del caso cuadernos, en el que también está procesada y a la espera del juicio oral. “Sería bueno pedirle a Alejo Ramos Padilla que les remitiera copias de lo que fue el guionado de testigos por parte del Señor ministro de Justicia y de la AFI”, puntualizó, al referirse a una versión que involucra al valijero Leonardo Fariña.

“A mí me absolvió la Historia y a ustedes, seguramente, los va a condenar la Historia”, les espetó a los jueces.

Cuando apuntó contra Stornelli, fue para destacar que ella siempre estuvo a derecho mientras que el fiscal fue declarado en rebeldía y declaró recién la semana pasada en la causa de Dolores. “Siempre asistí; no fue la misma la conducta de algún otro integrante de este edificio (por Comodoro Py), que después de acusar a medio mundo tardó ocho o nueve meses en cumplir el requisito de un juez federal para ser indagado por cosas gravísimas. Con ribetes escabrosos, porque como en la mejor película de la mafia, (el presunto espionaje) era contra el exmarido de la mujer”, evaluó.

La indagatoria de Cristina estuvo plagada de críticas hacia la Justicia. Ante la negativa a permitir la televisación del trámite judicial, les dijo a los jueces: “¿No les parece que tiene impacto que la vicepresidenta electa de la Argentina está acusada de asociación ilícita, de ser la jefa de una banda?”. Y fue sarcástica al referirse a las acusaciones. “Soy jefa de cuatro asociaciones ilícitas, la verdad que no sé cómo tuve tiempo para gobernar”, planteó.

Cristina se despegó de Báez, el acusado de ser el principal beneficiario del direccionamiento de obra pública investigado. “No soy amiga de Lázaro Báez, nunca fui amiga de Lázaro Báez. Pero no voy a tolerar que se diga que porque alguien es amigo de alguien hay que condenarlo, eso hacía la dictadura con la gente que aparecía en las agendas”, subrayó.

Para la exmandataria, las denuncias en su contra siempre nacen con “inicio e impulso por adversarios políticos ampliamente difundidos por la prensa”.

Incluso, advirtió a los jueces que quien era el responsable de los fondos para las obras era el exjefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien forma parte de esta causa como testigo propuesto por ella. “El responsable de la ejecución del presupuesto es el jefe de Gabinete. Ustedes me lo imputan a mí pero el que ejecuta es el jefe de gabinete y aquí no hay ningún jefe de gabinete. Y no digo que deberían estar, porque no cometieron ningún delito. Pero, si quieren llamarlos, van a tener un problema porque van a tener que llamar al Presidente de la Nación”, les aclaró a los magistrados.

“Este tribunal, el del lawfare, seguramente tiene la condena escrita. No me interesa. He elegido la Historia, a mí me absolvió la Historia y me va a absolver la Historia. Y a ustedes, seguramente, los va a condenar la Historia”, les espetó a los jueces para cerrar su indagatoria y recibió un aplauso. Cristina se levantó de la silla y se retiró, pero cuando le preguntaron si respondería preguntas de las partes, regresó al micrófono y, con ironía, les dijo a los magistrados: “¿Preguntas? Preguntas tienen que contestar ustedes, no yo”. Y volvió a recibir aplausos.

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