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Asumió Fernández con llamado a la unidad y fiesta en las calles

11 diciembre de 2019

Alberto Fernández asumió ayer la presidencia del país y expuso en su discurso algunos de los desafíos de su gestión. En el Congreso de la Nación, acompañado por Cristina Kirchner, su vicepresidenta, recibió los atributos simbólicos del cargo de parte del presidente saliente Mauricio Macri y convocó a la unidad de los argentinos, sin resignar su impronta. “Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un nuevo contrato de ciudadanía social. Un contrato social que sea fraterno y solidario”, sostuvo al inicio de su discurso.

Luego, Fernández recibió a delegaciones extranjeras y representantes de varios países y, por la tarde, les tomó juramento a los ministros de su gabinete. Por la noche, el Presidente y su vice salieron al balcón de Casa Rosada, para luego sumarse a los festejos populares en la Plaza de Mayo. Allí, Cristina recordó su despedida en diciembre de 2015 e hizo un breve racconto de la gestión de Cambiemos en donde habló de “linchamiento judicial” y de “tierra arrasada” en términos económicos. Y Fernández destacó la necesidad de revertir la herencia que deja Macri con la “solidaridad que siempre nos hizo vivir”.

Convocatoria

“Tenemos que suturar demasiadas heridas abiertas en nuestra Patria. Apostar a la fractura y a la grieta significa apostar a que esas heridas sigan sangrando. Actuar de ese modo, sería los mismos que empujarnos al abismo”, sostuvo Fernández, estableciendo una convocatoria amplia a la sociedad. “Lo expreso desde el alma, tanto a quienes me votaron como a quienes no lo hicieron. No cuenten conmigo para seguir transitando el camino del desencuentro. Quiero ser el Presidente capaz de descubrir la mejor faceta de quien piensa distinto a mí. Y quiero ser el primero en convivir con él sin horadar en sus falencias”, sostuvo en el mismo sentido.

“Quiero ser el presidente capaz de descubrir la mejor faceta de quien piensa distinto”, sostuvo Fernández.

Esto, no obstante, no le impidió marcar tener una crítica sobre la gestión de Cambiemos y una ruptura en términos de políticas públicas. “La economía y el tejido social hoy están en estado de extrema fragilidad, como producto de esta aventura que propició la fuga de capitales, destruyó la industria y abrumó a las familias argentinas”, consideró en una de sus críticas. “Hoy más que nunca es necesario poner a la Argentina de pie como condición necesaria para que vuelva a caminar. Ello supone, antes que nada, recuperar un conjunto de equilibrios sociales, económicos y productivos que hoy no tenemos”, sostuvo como salida necesaria a esa situación crítica.

Fernández también se refirió al endeudamiento y a su política al respecto. “Vamos a encarar el problema de la deuda externa. No hay pagos de deudas que se puedan sostener si el país no crece. Tan simple como esto: para poder pagar, hay que crecer”, dijo al referirse al tema. Y, luego, fue más específico en relación con el FMI: “Buscaremos una relación constructiva y cooperativa con el Fondo Monetario Internacional”. Esto supone evitar el default y renegociar los compromisos que resulten un condicionante extremo para el país y genere mayor vulnerabilidad económica y financiera.

Gestos

Entre las menciones explícitas, hubo varias, cargadas de sentido. Se refirió a Juan Perón para hablar de la necesidad de luchar por una América Latina unida “para insertarnos con éxito y con dignidad en el mundo”. Y en varias ocasiones mencionó a Néstor Kirchner, de quien fuera su jefe de Gabinete. Además, por cierto, de señalar la “generosidad” y la “visión estratégica” de Cristina Kirchner. Pero también mencionó a Arturo Frondizi para hablar del “nuevo contrato de ciudadanía social” para poner en marcha “una gesta educativa, científica y tecnológica” y a Raúl Alfonsín, en dos oportunidades. “Cuando mi mandato concluya, la democracia argentina estará cumpliendo 40 años de vigencia ininterrumpida. Ese día quisiera poder demostrar que Raúl Alfonsín tenía razón. Espero que entre todos podamos demostrar que con la democracia se cura, se educa y se come”, sostuvo sobre el final de su discurso.

Otros momentos importantes de su discurso fueron cuando la referencia a la Justicia y los servicios de inteligencia y la reafirmación de su apoyo al movimiento de mujeres y su defensa de la igualdad en el ejercicio de derechos. “Nunca más a una Justicia contaminada por servicios de inteligencia, operadores judiciales, procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos. Nunca más a una Justicia que decide y persigue según los vientos políticos del poder de turno.

Nunca más a una Justicia que es utilizada para saldar discusiones políticas, ni a una política que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno”, sostuvo sobre el primer punto.

“Ni Una Menos debe ser una bandera de toda la sociedad y de todos los poderes de la república. El Estado debe reducir drásticamente la violencia contra las mujeres hasta su total erradicación”, señaló luego, sobre el segundo.

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