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Alberto Fernández declaró en el juicio por la obra pública: "Me llama mucho la atención esta causa, se trata de decisiones políticas no judiciables”

El Presidente declaró como testigo en una causa denominada como "Vialidad" y en la que está imputada la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner

Alberto Fernández declaró en el juicio por la obra pública: "Me llama mucho la atención esta causa, se trata de decisiones políticas no judiciables”
15 febrero de 2022

El presidente Alberto Fernández arribó a las 9.36 a los tribunales de Comodoro Py, donde declaró como testigo en el juicio que se sigue por presuntas irregularidades en la adjudicación de obra pública nacional en Santa Cruz entre 2003 y 2015, en una causa denominada como "Vialidad" y en la que está imputada la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El mandatario se encuentraba esta mañana en los tribunales federales de Retiro para la audiencia que comenzó a las 9.45 ante el Tribunal Oral Federal Número 2, en un debate que se realizó de manera semipresencial, con los jueces, testigos y un secretario en la sala y las restantes partes conectadas a través de la plataforma Zoom, a raíz de la pandemia de coronavirus.

Fernández destacó que el expresidente Néstor Kirchner "siempre fue muy cuidadoso con las cuentas públicas" y remarcó que "tenía casi una obsesión con eso, que tuvo primero como gobernador y luego como Presidente".

El mandatario negó la existencia de "arbitrariedades" en la distribución de obra pública nacional y sostuvo que le llama "mucho la atención" lo que se debate en el juicio oral por presuntas irregularidades en la provincia de Santa Cruz.

El Presidente sostuvo que se trata de “decisiones políticas no judiciables”.

A su vez, explicó que le "llamó la atención que prosperara" la investigación por la que ahora se juzga a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner porque los mismos hechos se investigaron en la justicia de Santa Cruz y terminaron con sobreseimientos "definitivamente".

 “No existe ninguna norma que defina cómo se distribuye el gasto en obra pública en el Presupuesto. Es una decisión de carácter política no judiciable. Y esas decisiones que se están discutiendo en materia de Presupuesto no pueden ser arbitrarias”, ratificó.

En una ocasión, el fiscal Luciani consultó cuáles son los criterios rectores a la hora de asignar las partidas presupuestarias. “Hay múltiples elementos que se tienen en cuenta”, respondió Fernández y ratificó que “todos creemos que la inversión pública es un gran motor para movilizar la economía”.

“Ahí hay un principio rector que son cuestiones de naturaleza política. Nosotros creemos que el Estado tiene que estar presente y motorizar la economía muchas veces a través de la obra pública y los criterios son de necesidad. Creemos que cuando la economía se retrasa o se ponen en situaciones difíciles, la obra pública es un enorme motorización”, ratificó.

“Hay una suerte de fantasía de que acá se juntaban dos o tres personas y decían mandémosle plata a alguien. En los hechos es imposible que eso pasara. Eso es lo que me llame más las atención de este juicio. Cuando vi el procesamiento de Cristina me llamo la atención”, añadió Fernández. En ese momento el juez Gorini lo interrumpió porque el presidente se estaba extralimitando en su respuesta.

El Presidente mantuvo un tenso cruce con el fiscal Luciani, quien minutos más tarde le preguntó por su relación con Lázaro Báez.

“A Lázaro Báez no lo conozco”, dijo en primera instancia. Aunque luego se desdijo y aclaró: “Lo vi una sola vez en mi vida en Calafate”.

Ante las repreguntas del representante del Ministerio Público, detalló: “Yo había viajado a Calafate con Néstor Kirchner, que estaba terminando su casa y lo conocí en el parque porque estaba haciendo alguna obra allí en Calafate; yo estaba con Néstor y él se acercó a saludar”.

Según precisó, ese encuentro -que estimó que fue en 2003 o 2004- incluyó muy pocas palabras: “Buenos días y mucho gusto”. “No lo vi nunca más en mi vida ni en Casa de Gobierno ni en Olivos ni en ningún lado”, especificó.

Visiblemente molesto, ante una consulta sobre las presuntas relaciones comerciales que mantenían los Kirchner con Báez, Fernández reiteró: “No lo conozco a Lázaro Báez, no sé qué hace de su vida, no sé qué empresas tiene, no sé qué vínculos tiene con gente; no lo sé”.

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