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Ya no importa quién fue el ganador en Iowa

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05 febrero de 2020

Recién ayer a la noche, veinticuatro horas después de lo previsto, se empezaron a conocer los resultados de las asambleas demócratas en Iowa. Por lo tanto, ya nadie logrará el impacto de poder proclamarse ganador y hacer un discurso triunfante la noche de la primera elección de la carrera presidencial de Estados Unidos. Esa es la principal consecuencia política del caótico proceso de Iowa que resultó ser un fiasco. Además, la participación fue menor a la que se esperaba lo que significa que el Partido Demócrata no está tan movilizado como se requiere en esta etapa y demuestra que los candidatos no son tan atractivos.

Contado el 62% de los votos, Pete Buttigieg y Bernie Sanders lideraban la carrera mientras que Joe Biden aparecía postergado al cuarto lugar detrás de Elizabeth Warren. Si hoy se confirma un ganador, ya no tendrá el mismo efecto porque ahora todos están enfocados en la primaria del martes 11 en Nueva Hampshire en donde esta noche habrá un debate entre los candidatos.

La situación para los demócratas no es sencilla y los hechos de ayer no ayudan.

Un Presidente que gobierna sin que el país esté involucrado abiertamente en una guerra, con el PIB subiendo 2,3%, con los distintos índices de inflación en torno al 2% y el desempleo en el 3,5%, es difícil de derrotar. En la última de encuesta de Gallup, el 49% de los estadounidenses aprueba la gestión de Donald Trump, nunca había logrado un porcentaje tan elevado porque hasta ahora sólo había obtenido buenos resultados en la evaluación sobre su manejo de la economía.

En este contexto, una condición necesaria, aunque no suficiente, para que el Partido Demócrata puede ganar las elecciones es que logre unirse. Y hoy eso no parece sencillo de lograr dadas las distintas posiciones que tienen los candidatos en mucho temas y por los diferentes sectores sociales en los que cada uno de ellos recibe más apoyo

. Ayer a la noche, al cierre de esta edición, Trump comenzaba a pronunciar en el Congreso el tradicional mensaje sobre el estado de la Unión. Es un acontecimiento lleno de simbolismos y que trató de aprovechar en un momento en el cual hay un curso un impeachment. De todas maneras, los analistas descontaban que Trump haría pocas referencias a ese tema y se concentraría en destacar algunos aspectos de su gestión y que constituirán la base de su campaña para ser reelecto.

En ese sentido, el desempeño de la economía, los acuerdos comerciales alcanzados con otros países y el ordenamiento de la cuestión migratoria serán los ejes de su discurso.

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