La OCDE informó que los países desarrollados cumplieron su promesa de proporcionar US$ 100.000 millones para ayudar a los países más pobres a hacer frente al cambio climático en 2022, aunque lo lograron con dos años de retraso.
En 2009, los países desarrollados prometieron que, a partir de 2020, transferirían US$ 100.000 millones al año a las naciones más pobres que sufrieran los costos del empeoramiento de los desastres provocados por el cambio climático.
En este sentido, entre fondos públicos y privados, se proporcionaron US$ 115.900 millones en financiación climática en 2022, cumpliendo el objetivo por primera vez, comunicó la OCDE.
Sin embargo, los US$ 100.000 millones son mucho menos que los billones que los países en desarrollo necesitan para invertir en energía limpia lo suficientemente rápido como para cumplir los objetivos climáticos y proteger a sus poblaciones de los fenómenos meteorológicos extremos.
Por este motivo, las finanzas serán el tema central de la cumbre climática COP29 de la ONU, que se celebrará este año en Bakú, Azerbaiyán.
Allí, se espera que los países negocien un nuevo objetivo global de financiamiento climático para reemplazar el objetivo de los US$ 100.000 millones después de 2025.
El 69 % de los US$ 91.000 de financiación pública para el clima proporcionados en 2022 fueron préstamos, lo que ha provocado críticas de algunos países vulnerables al clima porque dicen que esto incrementa la carga de la deuda.
