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El doble desafío que enfrenta Trump

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27 abril de 2020

Por Juan Radonjic

Donald Trump enfrenta dos circunstancias en este momento que lo diferencian de otros gobernantes: su imagen cayó desde que se desencadenó la pandemia y se juega su reelección dentro de seis meses. Nadie esperaba que tuviese el 79% de aprobación como Angela Merkel, pero sí que las evaluaciones positivas sobre su gestión superasen a las negativas, como ocurre con casi todos los presidentes cuando se está enfrentando una crisis de magnitud.

Su manejo de la pandemia es errático. Primero, la minimizó; luego, comprendió su error y procuró demostrar un máximo involucramiento dando largas conferencias de prensa todos los días. Pero algunas equivocaciones y las contradicciones exhibidas con sus funcionarios llevaron a que decidiese suspenderlas por ahora. A su vez, venía hablando sobre la necesidad de reabrir la economía y cuando algunos gobernadores empezaron a caminar

en esa dirección en sus estados, los cuestionó.

El problema que enfrenta Trump, como otros líderes populistas, es que sus estrategias políticas se basan en la división, en exacerbar la confrontación y esta es una etapa en la que las sociedades reclaman acuerdos. Por lo tanto, este contexto marcado por la pandemia no es el más favorable para sus aspiraciones.

Una evaluación desfavorable sobre su manejo de la crisis se sumará a datos económicos muy negativos. Trump aspiraba a lograr su reelección sobre la base de un crecimiento sostenido y la tasa de desempleo más baja en décadas. Ya no será posible. Estados Unidos sufrirá una fuerte recesión y la tasa de desempleo, que tendría su pico en los próximos meses, todavía se ubicaría en torno al 10% para la época de las elecciones. Con un agravante, la mayor pérdida de empleos se producirá en algunos estados que son considerados decisivos para definir el resultado de las elecciones, como Pennsylvania y Wisconsin, entre otros.

Trump intentará ajustar su estrategia a la nueva situación. Está claro que dirá que se trata de una crisis global que es responsabilidad de China y que, frente a ella, Estados Unidos puso en marcha un paquete de medidas para amortiguar sus efectos económicos y sociales que alcanza a 12% del PIB. También apostará a que la economía empiece a reactivarse en la segunda parte del año, coincidiendo con el momento clave de la campaña. Y procurará convencer a los votantes de que nadie está más capacitado que él para conducir la recuperación de la economía en los próximos años. Tal vez la estrategia funcione, aunque los antecedentes indican lo contrario: no hay casos de éxitos electorales para los gobiernos en años con contracción económica.

Hasta la pandemia, la reelección de Trump parecía asegurada pero, ahora, todas las encuestas lo dan perdiendo frente a Joe Biden. Todavía falta mucho para el 3 de noviembre, pero como tantas cosas que pasaron en 2020, se abrió un escenario electoral inesperado.

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