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La encerrona de la Fed genera dudas en todos los mercados

La lluvia de dólares de la Fed para salvar a los bancos y el cierre de grifos de los países petroleros plantean una inflación mundial persistente. ¿Dónde refugiarse?

El dólar agro de Massa también liberará muchos pesos, y la inflación seguirá siendo un problema.
El dólar agro de Massa también liberará muchos pesos, y la inflación seguirá siendo un problema.
Luis Varela 10 abril de 2023

Reabren los mercados después del feriado largo por Semana Santa. Y la reapertura llega con dos grandes novedades: Por una parte, EE.UU. acaba de anunciar el viernes que creó en marzo menos empleo que en febrero (236.000 puestos contra 311.000 del mes anterior). Y hoy arranca el dólar agro de $300 (del 8 de abril al 31 de mayo para la soja y del 8 de abril al 30 de agosto para otros productos de economías regionales).

Esto llega después del colapso bancario en EE.UU. y Europa, con un masivo reparto de dólares de la Fed para frenar en seco una caída en dominó de entidades. Y el nuevo dólar agro de Massa espera liquidación de divisas por US$ 9.000 millones para sumar reservas, pero la exportación quitará oferta de productos en el mercado interno, en un momento en el que la sequía dejó una pronunciada escasez de oferta.

Más presiones inflacionarias

OPEP
 

¿Cuál es la combinación de factores de lluvia de dólares desde helicópteros en EE.UU. y escasez de oferta de productos en  Argentina? Simple: ambas decisiones, aquí y en el norte, generarán otra presión en la inflación. Y este flagelo que está inundando de pobres de de tensión global al mundo fue incentivado la semana pasada por otra movida de ajedrez en la guerra mundial en la que se va sumergiendo el planeta: los países petroleros le pusieron más fuego a la mecha.

La Opep, que controla el 40% de la oferta mundial de petróleo estaba en camino de recortar la oferta en dos millones de barriles por día a partir de mayo. Sin embargo, varios de sus miembros anunciaron reducciones adicionales "voluntarias", es decir, sin un acuerdo vinculante, que regirán hasta finales de 2023. En total, por encima de lo que ya iban a recortar, Arabia Saudita, Irak, Emiratos Arabes, Kuwait, Kazajistán, Argelia y Omán retirarán de la oferta nada menos que 1,15 millones de barriles por día.

¿Qué impacto tiene este cierre de grifos? En las últimas tres semanas el precio del petróleo se dio vuelta y repuntó US$ 15. La semana pasada la variante WTI terminó a US$ 80,47 (desde los US$ 65,60 de mediados de marzo, y la variante Brent finalizó a US$ 84,94 (desde US$ 71,40). Esto, desde mediados de marzo supone para el crudo una suba mundial promedio del 20% y en lo que va de abril un aumento del 6,3%.

O sea, nos encontramos con más dólares en EE.UU. para salvar a los bancos, menos oferta de productos en Argentina y precio global del petróleo, lo cual significará para los expertos una presión inflacionaria alcista en todas partes. Dentro de EE.UU. el IPC había hecho un pico del 9% anual y por la suba de tasas de la Fed se aplacó al 6% anual en el último dato de febrero, pero esta semana se conocerá cuánto subieron los precios en marzo.

En Argentina pasará lo mismo: el viernes próximo, a las 16, después del cierre del mercado, el Indec dará a conocer el IPC nacional. Las consultoras que ya hicieron su cálculo vienen bastante encendidas, con un estimado promedio del 7,5%, el Creebba de Bahía Blanca calculó nada menos que 8,1%, el índice de la Ciudad de Buenos Aires midió 7,1%. Y el REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado) que confecciona el BCRA dio 7% para marzo (y 110% anual).

El rumbo de las tasas

dolar
 

Todos estos datos que parecen indicadores separados entre sí acaban de dar vuelta un termómetro clave a nivel mundial. Antes del colapso bancario y del ajuste de la Opep, la tasa larga de EE.UU. venía en baja, pero la corta semana pasada se acaba de dar vuelta. El octubre de 2022 la tasa a 10 años de EE.UU. llegó a pagar 4,3% anual (máximo de 12 años), desde ahí bajó hasta 3,25% y ahora acaba de rebotar al 3,4%.

Con un último dato de inflación del 6% anual y con la reciente distribución a mansalva de dólares por el equivalente a 1,5 del PIB de Argentina, los inversores creen que la inflación de EE.UU. será un hueso duro de roer. Una tasa del 3,4% contra una inflación del 6% es una inversión negativa, de ahí que la semana pasada hubo creciente abandono del dólar global, en un momento en el que además China busca desdolarizar al mundo repartiendo swaps a diestra y siniestra.

Resultado, la corta semana previa a las Pascuas mostró un debilitamiento general del billete verde: bajó 1,1% contra el franco suizo, 0,7% contra la libra, 0,5% contra el yen y el euro y 0,1% en Brasil, todo para abajo. El dólar sólo se mantuvo quieto, sin cambios, contra el yuan y subió 2,7% en Chile, con inundación de chilenos viajando a Mendoza por el feriado largo, pero no solo por turismo: se llevaron los baúles de los autos repletos de cosas que compraron en los supermercados 40% más baratas de este lado de los Andes.

El desafío de las reservas

Banco Central BCRA
 

En Argentina, mientras tanto, con un mercado completamente intervenido, con un desbarranque de reservas de parte del Banco Central que pierde un promedio de US$100 millones por día, el dólar mostró en las tres ruedas hábiles de la semana pasada un resultado mixto: el dólar fuga (CCL) subió 0,4%, pero el blue y el MEP achicaron 0,2%, casi todos hicieron cumbre el martes y se aplacaron algo el miércoles con las ventas masivas del BCRA y los anuncios de Massa con una devaluación parcial (dólar soja y productos regionales).

Inmediatamente, sin que se conozca todavía la letra chica del dólar agro y los roedores que Massa seguirá sacando de su galera en su "plan llegar", los analistas empezaron a ponerle números al alcance que puede llegar a tener este nuevo parche del ministro de Economía. Y calcularon que en los primeros 45 días de dólar agro (entre los dólares que entren por exportaciones con mejor tipo de cambio e importaciones que siguen a todo vapor por un dólar oficial al menos 35 puntos atrasado) habrá una suba neta de reservas US$ 3.000 millones y una emisión neta de $1 billón.

El tema de todo el fin de semana fue nuevamente la inflación. Desde los tambos advirtieron que el dólar agro encarecerá los insumos a nivel interno, eso provocará un aumento en los costos para alimentar a las vacas, por lo que la apertura de abril llegó con dos sorpresas: fuertes subas en el precio de la leche, aumentos de casos de denuncias de llegada de leche aguada y empresas alimenticias que retiran la oferta de leche en Precios Justos, deciden dedicarla a producir quesos duros, con los que consiguen más rentabilidad.

Más pesos en el mercado

Pesos
 

Resultado, un cúmulo de voces del campo (de organizaciones y de productores) salieron a decir que el dólar agro que arranca ahora como tercera versión del dólar soja es "pan para hoy y hambre para mañana", ya que este tipo de cambio preferencial genera más inflación y no resuelve los problemas de fondo. Y además, inundará de pesos recién emitidos al mercado interno. 

Y ahí están las preguntas clave de este momento: ¿dónde irán los pesos nuevos que entrarán al mercado? ¿Se colocarán en plazos fijos con tasa negativa? Y los analistas afirman que irán a más consumo (más inflación) y al final de la canaleta de intercambio de bienes terminarán convirtiéndose en más demanda de dólares.

¿Qué reacción tuvo todo esto en los títulos públicos y privados? Hubo diferente respuesta, con más caída para los bonos argentinos y un riesgo país nuevamente en alza, hasta 2.472 puntos básicos, al tiempo que la Bolsa argentina fue casi la única del mundo que logró tener aumentos (sin que los ADR en Nueva York los confirmaran, por lo que quizás no sea suba real, sino inflación).

Como sabemos, acaban de conocerse dos sentencias durísimas para la Argentina. Hubo un fallo en Nueva York por la expropiación  de YPF. Y hubo otro fallo en Londres por no pago de intereses con manipulación de datos en los cupones PIB del período 2011-2015.

Esos dos fallos no deberán pagarse ahora, habrá apelaciones, pero seguramente tendrán que ser aceptados por el Gobierno que viene, que por supuesto los pagará con bonos, con más deuda para el país, de ahí que los títulos públicos pronunciaran su caída. Pero hay más: este mes hay vencimientos por $1,1 billones en bonos en pesos, de los cuales $ 990.000 millones están en manos privadas. Hay dos licitaciones (el 19 y el 26 de abril) y los inversores locales ya demostraron ser renuentes a nuevos canjes, la mayoría pedirá cobrar, e irse, a comprar cosas o al dólar.

El caso de los papeles privados fue diferente. Los inversores globales empiezan a ver delante de sus narices que, con chance de inflación persistente, es altamente probable que la Fed tenga que sostener el nivel de tasa corta en su reunión en la apertura de mayo. Además, la posibilidad de recesión es cada vez más certera, de ahí que muchos inversores decidieron bajarse de activos de riesgo y subirse a posiciones supuestamente seguras.

Bolsas mixtas en el mundo

mercados
 

Así, la corta semana pasada, mientras la Bolsa de Buenos Aires tuvo una suba del 2,9% en pesos y de 3,7% en dólares, sólo la Bolsa de Madrid y el Dow Jones de Nueva York estuvieron para arriba, con mejoras del 0,9% y 0,6% respectivamente. El resto de los recintos bursátiles estuvieron con bajas del 0,2% al 1%, con lo peor en Tokio, seguido por San Pablo, Santiago de Chile, México, el Nasdaq de Nueva York y Frankfurt.

¿Dónde fueron los capitales que salieron del dólar y de las Bolsas? Buena parte buscó conseguir bonos privados de alta calificación con cupones y tasas a vencimiento de más del 5% anual. A nivel local hubo demanda en el reducido campo de las obligaciones privadas en dólares. Pero el refugio preferido no fueron ni los granos, ni los metales básicos, ni las criptomonedas. Los ganadores de la primera parte de abril son la onza de plata, que sube 3,7%, y la onza de oro, que mejora 1,9%.

Los pasos de Powell

fed-powell
 

Ahora resta saber qué hará el titular de la Fed Jerome Powell en la apertura de mayo. ¿Subirá la tasa corta otros 25 puntos básicos? El mercado cree que no lo hará, e incluso está convencido de que pronto empezará a bajarla. Pero en las últimas horas el presidente de la Reserva Federal de Saint Louis, James Bullard, repitió que la inflación de EE.UU. sigue persistente, por lo que hay chance de que la actual tasa corta pase de 5 a 5,25% anual.

Así se le presenta una durísima disyuntiva a la Reserva Federal. Si no sube la tasa, la inflación (empujada por el petróleo) puede entregar una pésima noticia. Y si efectivamente sube los intereses cortos, llevará a la economía norteamericana a una recesión, que por ahora se estima suave, pero en realidad nadie sabe hasta qué nivel extenderse.

El último pico de tasas largas norteamericanas le puso un tope a los metales preciosos. A mediados de 2020, en el pico del covid, aún sin vacunas, la onza de oro saltó a un récord histórico de US$ 2.068, y como el metal amarillo no paga renta, con la tasa larga norteamericana tan alta su precio hizo una gran reversión, desplomándose hasta US$1.622, pero con la Fed en un brete ahora acaba de volver a US$ 2.007, y si sube otro 3% llegará a su tope nominal histórico.

El caso de la onza de plata es bien diferente. Es bien sabido que en una vieja serie titulada "El llanero solitario", su personaje principal llamaba "Silver" (plata) a su brioso corcel. En 2020, en el pico del Covid, la onza de plata tocó un valor de US$ 29,30, un precio muy bueno pero muy lejano de su máximo histórico de US$ 49 tocado en 2011, cuando el mercado norteamericano terminó de salir de la crisis de 2008 con la quiebra de Lehman Brothers. En los últimos dos años la onza de plata bajó de US$ 29,30 a US$ 17,50 y ahora volvió a US$ 25.

O sea, para llegar al máximo temporal de mediados de 2020 la onza de plata debería subir un adicional del 17% y para alcanzar el récord nominal de 2011 tendría que saltar nada menos que 96%. De ahí que varios informes de bancos privados fueron encabezados en el último fin de semana con la orden que le daba "el Llanero Solitario" a su corcel cuando decidía empezar a galopar: "¡Hi-yo, Silver, away!".

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