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Inflexión

Bolivia, el adiós al gran exportador de gas de la región

Todo hace suponer que en un contexto de producción y reservas bolivianas en declino, Vaca Muerta, emerge como el nuevo proveedor energético del Cono Sur.

Para 2029 Bolivia sólo podrá abastecer su mercado interno y cubrir una demanda de 13 MMm3/d .
Para 2029 Bolivia sólo podrá abastecer su mercado interno y cubrir una demanda de 13 MMm3/d . (Archivo)
09 julio de 2024

El escenario de oferta y demanda regional de gas natural ha cambiado sustancialmente en la última década. El cambio de rumbo hoy está dado, por un lado, por el crecimiento de producción de Vaca Muerta, capaz de cubrir una demanda de más de 60 MMm3 que con el shale neuquino, y, por el otro, por la caída de la producción y reservas de gas boliviano que hoy está por debajo de los 35 MMm3/día. 

El proceso puede acelerarse aprovechando la infraestructura de gasoductos ya existentes con  la puesta en marcha del segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner y revirtiendo el Gasoducto del Norte, operado por TGN, para alcanzar la frontera con Bolivia. En este contexto, los expertos aseguran que el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) podría impulsar este tipo de inversiones.

Se estima que, para el año 2029, Bolivia sólo podrá abastecer su mercado interno y cubrir una demanda de 13 MMm3/d en un escenario donde difícilmente se revierta esta tendencia ya que los últimos hallazgos de pozos no han dado resultados comerciales favorables. 

Con las proyecciones actuales, Alvaro Ríos Roca, experto en hidrocarburos y socio director de Gas Energy Latinoamérica, señaló las razones que explican por qué Bolivia pasó de ser el corazón energético exportador del Cono Sur a estar al borde del desabastecimiento. 

"En 2029 Bolivia va a exportar la última molécula de gas a Brasil. Hoy estamos al borde del colapso. Con las proyecciones actuales vamos a ser un país importador de gas natural en los próximos 5 años", dijo en una presentación sobre la crisis energética boliviana y su analogía con Argentina, acompañado por el periodista Fernando Meiter.

Ríos Roca atribuye esta situación de crisis y falta de dólares a las malas políticas energéticas de los últimos años que impusieron un modelo pro-nacionalista, estatista y que ahuyentaron inversores con una alta carga impositiva y subsidios en el mercado interno dejando un rojo en la balanza comercial. 

"Creíamos que los recursos no se iban a agotar nunca y resultó todo el contrario. Hoy importamos cerca del 85% del diesel, 50% de las gasolina y este año el país va a importar GLP en grande cantidades, lo cual será un duro golpe para la economía boliviana", se lamentó.

El punto de quiebre de la relación con el sector privado se agravó cuando, en el año 2005, "el Gobierno de Evo Morales decidió romper con todos los contratos con los operadores, elevamos los impuestos en boca de pozo al 50%, lo cual generó una gran inseguridad jurídica y esto impactó en una caída de las inversiones".

"Bolivia está condenada a importar energía durante mucho tiempo. Es una ecuación que va a erosionar la economía en el corto, mediano y largo plazo", expresó, y sugirió un golpe de timón en materia regulatoria con la sanción de una ley que incentive inversiones energéticas en el sector hidrocarburos.

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