Otra vez, con más ahínco, los privilegiados que viven de kioscos eternos siguen atacando en todos los frentes, se produjo una doble traba al DNU de Milei en el fuero laboral, llegaron a habilitar el feriado judicial y el mercado argentino va actuando en consecuencia.
Mientras tanto, en un complicado juego de ajedrez, se arman en el Parlamento comisiones para definir si el proyecto de ley ómnibus del Presidente se vota en enero, pero en el Congreso los opositores defienden lo que tienen a toda costa, sin importar en absoluto que la cantidad de pobres que hay en el país sigue creciendo minuto a minuto.
Con ese marco, analistas económicos que analizan la tendencia de la macro sintetizaron la actual situación judicial y legislativa con una frase contundente: "se oponen a cambiar las cosas, o por egoísmo o por no saber lo que hacen, y quizás sin darse cuenta están sumergiendo a la Argentina a un nuevo Rodrigazo, que terminará perjudicando a unos y a otros".
En realidad, los bloqueos que va encontrando el intento del presidente Milei por desregular la economía, eliminar quintas de políticos, sindicatos y empresas que viven de la teta del Estado provocó una inmediata reacción, con fuerte suba en los dólares libres, al tiempo que los precios de la economía cotidiana siguen incendiados, por lo que el rendimiento de la tasa de interés es absolutamente negativo, los bonos argentinos bajan, el riesgo país sube y, particularmente, lo único que suba sin parar es la Bolsa de Buenos Aires, a contramano de bajas en todas las Bolsas del mundo.
En realidad, detrás de este crucial momento que vive el país es una fuerte pulseada para que el poder político conseguido por un outsider como Milei se lime con rapidez. La sociedad empieza a ver que ni el sector político, ni los sindicatos, ni las empresas que viven de la teta del Estado (definidos como "la casta" por Milei) no serán tocados. Empieza a pensarse que el ajuste entero será pagado otra vez por los privados. Por lo que toda esta movida será otra eterna repetición argentina, en la que todo el mundo se perjudicará, con efectos secundarios desconocidos. Y, lo más importante: no se modificará la relación entre lo que aguantan los privados y la política, y con eso no habrá ni inversión, ni empleo, ni un futuro mejor.
Una inflación más alta
Con esta complicada foto, la sociedad sufre día a día un fogonazo inflacionario. Las consultoras marcan 24% para diciembre, en tanto que el Gobierno habla de 30%, y recién el jueves próximo dará su veredicto el Indec con su IPC. Pero hay que pensar que ahora vienen subas formidables en tarifas de gas, luz, transporte y prepagas, y los dólares libres están reaccionando en contra, por lo que hay grandes posibilidades que, otra vez, entremos en una secuencia de autoindexación de todos los precios, por lo que la pobreza se estirara al 50% o más y la indigencia superará largamente el 10%, dramático.
En esta situación, los que creen firmemente en el juego de la oferta y la demanda y en los mercados libres, dan su advertencia teórica diciendo que "la población debe ayudar, comprando solo lo indispensable, no convalidar precios ridículos". Hay precios delirantes, como por ejemplo un repelente para mosquitos que en este momento de plaga se intenta vender por nada menos que $18.000.
Pero más allá de teoría o práctica, sin compras, o sin poder de compra, la economía argentina se sumergirá en una recesión, y eso impactará en el resultado de las empresas, en el empleo y en toda la realidad, por lo que lo más probable es que durante todo enero y gran parte de 2024 haya mucha tensión, problemas de gobernabilidad y un clima de convivencia ciertamente complejo.
Mientras tanto, lejos del terremoto económico y político que vive Argentina, en el mundo se está jugando otro partido. Salieron los datos de empleo de EE.UU. de diciembre, que mostraron un mercado laboral aún resistente, que atenúa la probabilidad de fuertes recortes de las tasas de interés de la Fed este año. Puntualmente, el informe nacional de empleo de ADP indicó que los empleadores privados estadounidenses contrataron a más trabajadores de lo esperado en diciembre.
Y eso determinó un fuerte repunte el jueves para las tasas largas de EE.UU.: se pagó 4,9% anual a 1 año de plazo, 4% a 5 años, 4% a 10 años y 4,2% a 30 años. Por lo cual en el exterior el dólar subió 0,9% en Japón y Chile y 0,1% en China, no cambió en México, bajó 0,2% contra la libra y descendió 0,3% contra el euro y el real brasileño.
Sin interés por el Bopreal
En el mercado cambiario local, mientras tanto, hubo una nueva licitación fallida del bono Bopreal, que no logró captar interés en los importadores, ya que hubo adjudicaciones por apenas US$ 60 millones, cuando la deuda con ese sector supera los US$ 54.000 millones y es un abismo que todavía nadie sabe de qué modo se va a resolver.
Sin embargo, con un dólar exportador de $900,68, el BCRA pudo comprar US$ 211 millones en el mercado, la mayor compra diaria de este año. Y al final del día la autoridad monetaria pudo sumar US$ 204 millones a las reservas. Pero los dólares libres subieron de temperatura, como directa reacción a la negativa a cambiar de cuajo la economía, como propone Milei. Así, el dólar blue saltó $15 hasta $1.020, el Senebi saltó $40,98 hasta $1089,66, el MEP subió $5,37 hasta $1.054,55 y el contado con liquidación saltó $39,67 hasta $1.090,79. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 20% y la del CCL con el mayorista saltó hasta el 35%.
El Fondo siempre está
A pesar de contar con más reservas y de tener agendada para hoy una reunión con los dos representantes del FMI, que se reunirán con Posse y Caputo para resucitar el acuerdo con el organismo, por lo que habría chances de que los DEG sigan llegando, para ir pagando los vencimientos sin problemas. La reciente compra de reservas garantiza que el martes se pagarán sin problemas los cupones de los bonos que surgieron del canje que hizo Martín Guzmán en agosto de 2020. Pero el precio contado de los títulos públicos no reaccionó bien ante el freno por todos lados a lo que quiere cambiar Milei: con doble volumen, los bonos argentinos perdieron otro 2%, y el riesgo país subió otras 31 unidades hasta 2017 puntos básicos, el mayor nivel desde noviembre.
A nivel papeles privados, la fortaleza laboral norteamericana y la posibilidad de que, como dice el titular de la Fed, Jerome Powell "habrá tasas altas por más tiempo", la Bolsa de Nueva York siguió sin resurgir luego de varias jornadas en baja. En síntesis, hubo cierre mixto en Wall Street, con suba del 0,2% para el Dow, baja del 0,1% para el S&P y descenso del 0,3% para el Nasdaq. Mientras que se anotó una baja del 1,1% en la Bolsa de San Pablo y un descenso del 0,7% en la de México.
Paradójicamente, como se vio que hubo una negociación con el intento por transformar la ley de pesca, y se logró un principio de acuerdo sin tantas complicaciones, la Bolsa porteña reaccionó en positivo, entendiendo que el camino de transformación todavía es posible. Así, con $23.230 millones operados en acciones y $23.930 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió 3,3%. Pero esto fue un tanto contradictorio, ya que los ADR argentinos que cotizan en Nueva York finalizaron mixtos, con subas del 1% al 4% para Despegar, IRSA y Mercado Libre, y con bajas del 1% al 4,5% para Supervielle, Loma Negra, Francés, TGS, Galicia, Macro, Bioceres e YPF.
Commodities sin rumbo claro
Finalmente, en commodities se siguen viendo movimientos en los que los actores económicos tratan de adivinar hacia dónde va la economía global ¿hacia un aterrizaje suave o hacia una irremediable recesión? Así, hubo una baja del 0,4% para el petróleo. Hubo repunte para los metales preciosos. Se anotó otro día con metales básicos débiles. En Chicago los granos tuvieron un resultado mixto, pero en Rosario hubo todos números en rojo, con mermas para el maíz, el trigo y el girasol. Y en medio de todo tipo de especulaciones, hubo una recuperación del 2,8% para el Bitcoin, con subas de hasta el 6% en el resto de las criptomonedas.
