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Análisis

Reforma impositiva anti evasión versus superávit dibujado

¿Por qué no intentar una reforma estructural consensuada en lugar de seguir mintiéndonos con la contabilidad creativa que dibuja "superávits" ficticios e insustentables? 

Eduardo Aguilar 14 febrero de 2025

Semanas atrás en este mismo medio, Jorge Colina publicó unos de sus interesantes artículos ("Milei dio en la tecla: hay que devolver la autonomía impositiva a las provincias", 19 de diciembre de 2024) relanzando una propuesta que ya hicimos desde el país interior para resolver el gran efecto distorsivo del principal impuesto de las provincias: Ingresos Brutos. 

Como Colina, varios economistas y políticos venimos proponiendo transformar IIBB en una sobretasa de IVA, una idea con muchos puntos a favor, adicional al de eliminar el nocivo efecto cascada. 

Sin embargo, la nota de Colina va un paso más allá en una dirección que considero desacertada, a la vez que se queda corto en explorar un camino que debemos recorrer. 

Vamos a lo positivo. Colina habla de reforma impositiva, tema ausente del discurso oficial, que celebra un superávit fiscal dibujado (excluye intereses de la deuda que pasó al Tesoro), y no sostenible, porque no se basa en reforma estructural alguna sino en licuarle los ingresos a jubilados y empleados públicos (grave para la equidad), a la vez que en restarle recursos a las universidades, la ciencia y la obra pública (grave para la productividad sistema presente y futura). Plantear la necesidad de una reforma impositiva cuando se festeja un superávit trucho es muy positivo. Una dosis de realismo entre tanto populismo para la tribuna financiera del carry que finge creer mientras acumula y espera que lo dejen fugar del cepo.

Lamentablemente, el artículo trae de la mano la propuesta de Milei de "eliminar la coparticipación", fantasía que emparda las de mayor calibre del libertario, lo que no es poco viniendo del creador del "peso excremento" y "a Luis Caputo (su ministro) lo rajaron porque se patinó US$ 15.000 millones", esto último dicho cuando aún era asesor (facturas objetadas por la Afip) de Daniel Scioli. La idea es impasable, pero requiere estar atento, aunque siguiendo el historial de Milei es posible que la repudie en breve.

Sacando esto último, sumar IIBB (que recauda aproximadamente 4% del PIB, 2 de ellos en el AMBA) a IVA, y a la vez adicionar los esfuerzos de Afip y las agencias tributarias provinciales, implicaría un salto enorme de recaudación, en economías provinciales donde los niveles de evasión superan cómodamente el 50%. Tanto así que la suma no debería ser lineal: la mayor recaudación permitiría una baja de alícuotas de ambos impuestos al momento mismo de implementación. En tren de copiar todo a los republicanos, ¿por qué no un poquito de supply-side? 

Pero aquí quisiera agregar algo a Colina. El salto recaudatorio debe asegurarse con un paso clave: digitalización plena de pagos, con costos financieros, de posnet y operativos, nulos para los ciudadanos en estas operatorias. Al contribuyente no debe salirle un peso más cobrar el nuevo impuesto bancarizado. Parte del costo lo puede asumir el Estado con la mayor recaudación, parte los bancos vía regulaciones del servicio público de intermediación que brindan. 

Y como reaseguro, fuertes incentivos a que la propia población realice el control. Hay que cambiar una cultura de evasión tolerada, cómplice, incluso reivindicada y aplaudida. ¿Por qué no zonificar las ciudades y cada semana sortear, en cada zona, motos, autos, computadoras o celulares, entre los contribuyentes que conserven su comprobante de pago electrónico? ¿Cuánto duraría lo negro y lo marrón de esta manera?

En el nuevo esquema, las agencias provinciales pasarían a concentrarse en dos cosas: 

  1. Simple, asegurar que todos tengan su posnet para permanecer abiertos. 
  2. Refinar las bases de información sobre el valor y la cantidad de los activos localizados en su territorio, para avanzar a fondo en el cobro de impuestos directos, tanto los que correspondan a las provincias como a la nación. 

El salto recaudatorio en todos los impuestos podría ser enorme. 

  • El IVA se coparticipa como siempre.
  • Los IIBB recaudados en cada jurisdicción son devueltos a la misma por la Afip.
  • Las agencias recaudatorias provinciales y nacionales complementan y potencian sus esfuerzos. 

Vamos a menos IVA y menos IIBB. Se gana competitividad. Y por fin, se vuelve a trabajar en planes antievasión (es decir, en eficiencia y equidad a la vez) en la Argentina. 

Con más recaudación habrá tiempo más adelante para discutir otros parámetros de coparticipación, en base a principios de solidaridad, y respetando el mandato constitucional de lograr equidad regional en la Argentina. 

En este país, que se gobierna sin presupuesto, sin respetar la Ley de Administración Financiera para tomar o renegociar deuda, y en el que se cambian las leyes electorales 5 meses antes de votar, que se cumplan con eventuales "Fondos de Convergencia" es algo que, lamentablemente, que nadie está dispuesto a creer. El costo de no respetar las instituciones es, por definición, que nadie cree en nuevas promesas. En el futuro puede ser, y provincias con más recursos por más recaudación estarán más dispuestas a analizarlo. 

Pero IVA + IIBB, a tasas reducidas, todo digital y bancarizado, es posible, deseable, eficiente y equitativo. 

¿Por qué no intentar una reforma estructural consensuada en lugar de seguir mintiéndonos con la contabilidad creativa que dibuja "superávits" ficticios e insustentables?  

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