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Las reservas netas son de US$ 13.500 M

“Las reservas son bajas”, dice Kiguel, quien ve con buenos ojos la decisión del BCRA de apuntalarlas vía compra de dólares

25 abril de 2017

El BCRA anunció recientemente su intención de incrementar su stock de reservas para llevarlo a un nivel del 15% del PIB, suba que implica un aumento de unos US$ 30.000 millones.  ¿Tiene sentido ese anuncio? Esa es la pregunta que se hace Miguel Kiguel

La respuesta corta es que sí y el motivo es evidente. “Argentina tiene hoy un stock de reservas netas de pasivos en dólares de sólo US$ 13.500 millones mientras que las reservas brutas (que incluyen el swap con China) representan sólo el 8% del PBI”. Este ratio, dice Kiguel, es menor que en Chile (15%), que en Brasil (18%) y en Perú (29%), y la comparación es aún peor si miramos el nivel de importaciones. “Las reservas de Argentina son bajas”, dice Kiguel.

¿Cómo acumulan reservas los países? Una posibilidad es con endeudamiento en dólares que tengan como único objetivo aumentar reservas. Otra alternativa es que la autoridad monetaria compre dólares con la emisión monetaria, conocida comúnmente como impuesto inflacionario o señoreaje, algo que implicaría que no tendría pesos para financiar al Tesoro como lo hace hoy en día. La tercera opción es que compre dólares con emisión monetaria y que luego saque esos pesos de circulación emitiendo Lebac, o sea que, en la práctica, compraría reservas contra deuda en pesos.

“Lo concreto es que acumular reservas requiere la emisión de deuda o menor financiamiento al Tesoro y, en general, implica un costo financiero”, dice Kiguel.

Para el BCRA, acumular reservas en este contexto tiene un costo a muy corto plazo, en tanto los pesos que emite para comprar las reservas luego son esterilizados mediante Lebac o pases, que hoy pagan un interés que ronda el 23% anual. Esa tasa hoy se ubica por encima de la devaluación esperada (que ronda el 18% anual), con lo cual esas reservas compradas tienen un costo cuasi fiscal esperado que ronda el 5% anual en dólares, calcula el director de Econvoews. “Si bien las reservas luego generan intereses en dólares que el BCRA cobra, ya que buena parte es invertida en bonos del Tesoro de EE.UU. y otros títulos muy seguros, ese retorno es menor al 5% por el bajo nivel de las tasas en el mundo”.

No obstante, dice Kiguel, acumular reservas podría no ser costoso a más largo plazo. En efecto, no queda claro que a mediano o largo plazos la tasa de interés en pesos “le gane” a la devaluación del peso. Las diferencias tienden a diluirse cuanto mayor es el plazo y el BCRA tiene la ventaja de que puede trabajar con un “horizonte de inversión” mucho más largo que las empresas o las familias.

Pero hay ventajas, por supuesto, y son dos. La primera es que disminuye la vulnerabilidad financiera. La acumulación de reservas como política macro prudencial tiene mucho sentido, especialmente porque ayuda a proteger al país de situaciones en los que pierda el acceso a los mercados financieros internacionales (como fue el caso en el año 2008).

“Pero hay una segunda ventaja que no es menor, y es que cuando el BCRA sale a comprar dólares al mercado para aumentar las reservas aumenta la demanda y por ende ayuda a sostener el tipo de cambio, que en estos días ha estado golpeado. En otras palabras, la acumulación de reservas ayuda a depreciar la moneda a corto plazo y a mitigar la fuerte apreciación que viene sufriendo el peso”, dice Kiguel.

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