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La recuperación no llega y los analistas ya muestran preocupación

29 noviembre de 2016

por Mariano Cúparo Ortíz

Los datos del EMAE de septiembre (que redondeaban el desempeño del tercer trimestre) publicados por el Indec mostraron una caída de 0,9% en la comparación desestacionalizada respecto al segundo trimestre. Este dato terminó de confirmar algo que se venía viendo: las grandes expectativas de los analistas que preveían una recuperación en el segundo semestre no se están verificando en la realidad. Algunas consultoras expresaron en los últimos días cierta sorpresa ante la no llegada del repunte y realizaron algunos análisis en busca de explicaciones para el fenómeno.

No aparece el repunte

El último panorama semanal de Federico Muñoz y Asociados reconoció: “La recesión se ha hecho bastante más profunda y tenaz que lo que habíamos previsto, comprometiendo así la sustentabilidad social y política de la gestión económica macrista. Es imprescindible que el ordenamiento económico que propuso el actual gobierno comience a entregar resultados en forma de recuperación del nivel de actividad, para que consiga el imprescindible respaldo social y político que garantice su supervivencia”.

Acerca de esa posibilidad, las últimas declaraciones del presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, respecto al índice líder que realiza la autoridad monetaria no permite afirmar que en el futuro cercano haya señales de recuperación en el desempeño del PIB.

Un reciente informe de la consultora Invecq afirma: “Es imperioso recuperar una senda de crecimiento, senda que se encontraría recién en el tercer semestre, es decir, con el arranque del 2017. Es casi un hecho que la recuperación no se verá en el segundo semestre del año como se esperaba en un primer momento y fue repetido en infinidad de oportunidades por los funcionarios. La última posibilidad que quedaba para esperar una recuperación económica en el segundo semestre del corriente año era que el tercer trimestre muestre un estancamiento respecto al segundo en términos desestacionalizados”.

Explicaciones

Por su parte, la consultora Elypsis, dirigida por Eduardo Levy Yeyati, quien además es coordinador del consejo presidencial Argentina 2030, dependiente de Jefatura de Gabinete, publicó en los últimos días el informe “¿Dónde estás, segundo semestre?”. Allí se pregunta por qué la recuperación tarda más de lo esperado.

Además el informe realiza una comparación con la anterior recesión de 2014 y concluye que a partir de septiembre se encuentra una divergencia que diferencia al proceso actual del anterior. Acerca de la esencia de esa divergencia plantea cuatro puntos clave.

Por un lado, se destaca el incremento de la inversión financiera, en detrimento de la inversión productiva, “consecuencia de las tasas reales positivas y el atraso cambiario”, lo que brinda cierta posibilidad de bicicleta vía Lebac y activos dolarizados. En ese sentido, el informe afirma que se encuentran incrementos en esos tipos de inversiones (crecen la fuga y remisión de utilidades y el stock de Lebac) que no son compensados por el ingreso de IED y que se traduce también en una caída en el crédito productivo.

En segundo lugar, un impulso fiscal que en comparación con lo que ocurría en 2014 es, por ahora, menor. Aunque también afirma: “En los últimos meses se ve una corrección del involuntario rezago del gasto asociado con la reorientación de partidas, lo que debería contribuir a sostener la demanda en los próximos meses”.

En tercer lugar, “una transferencia de ingresos a sectores de ingresos altos y adultos mayores, con una menor propensión al consumo”, argumento en línea con las visiones más heterodoxas que se venían escuchando desde el primer semestre. Al respecto, afirma que “el ajuste salarial y tarifario afectó fundamentalmente a la clase media, más dependiente del ingreso laboral” mientras que el intento de dinamizar la demanda vía transferencias a adultos mayores “habría contribuido a desplazar ingresos del consumo al ahorro” ya que esos sectores tienen una menos propensión al consumo.

Y en cuarto lugar, un aumento en el ratio de los intereses de los créditos personales y tarjetas de crédito sobre la masa salarial, lo que marca una diferencia importante ya que en 2014 se le había puesto un tope a esas tasas y en 2016 se las liberó, y lo que afecta la capacidad de consumo e impactó especialmente en el de bienes durables.

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