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Intercambios, más vigentes que nunca

Rara vez aplicar una política económica constituye una mejora en todos los frentes para todos los ciudadanos porque existen intercambios

24 julio de 2017

Por Pablo Mira Economista

Rara vez aplicar una política económica constituye una mejora en todos los frentes para todos los ciudadanos. Por eso una enseñanza útil de la teoría económica es la existencia de intercambios (en inglés, tradeoffs). Un intercambio es una situación dilemática por la cual, al desear más de X, se tiene menos de Y y viceversa. Hay ejemplos triviales, como cuando adquirimos una variante barata de un producto, que suele resignar calidad. A veces los intercambios son entre tres propiedades (un “trilema”): un compañero solía decir que si te piden un trabajo rápido, barato y bien hecho, se deben elegir solo dos de estas tres propiedades.

Los intercambios no son verdades lógicamente deducibles, sino referencias a tener en cuenta al tomar decisiones. Si bien los tradeoffs se pueden sortear transitoriamente, sería extraño poder evitarlos para siempre. Comentaré aquí tres de ellos: reglas versus flexibilidad, beneficio esperado versus riesgo y eficiencia versus equidad.

El dilema reglas/flexibilidad se refiere a la política económica y su interpretación es simple: cuánto más firme se pone el gobierno en su política, menos flexibilidad para actuar tiene. Pero ambas propiedades tienen beneficios. Las reglas firmes transmiten certidumbre y compromiso al sectorprivado, pero si la economía se mete en problemas, las autoridades no podrán actuar cuando se las necesite. El BCRA ha elegido establecer reglas firmes para dominar la inflación porque está seguro de que es necesario formar credibilidad a toda costa. Pero esto reduce sensiblemente su capacidad de promover una política activa para salir de la recesión, por ejemplo, reduciendo las tasas de interés.

El tradeoff entre beneficios esperados y riesgos remeda la famosa frase “el que no arriesga, no gana”. Todo emprendimiento significa tomar un riesgo a cambio de lograr un beneficio. En los últimos 250 años las empresas de los países desarrollados obtuvieron en promedio cuantiosos beneficios, lo que se refleja en la cotización agregada de los índices de las Bolsas de las economías avanzadas. Pero es importante remarcar que se trata de un promedio entre empresas y a lo largo del tiempo. Apostar a una sola acción en un corto tiempo podría significar perder todo el capital. Una estrategia más conservadora, como poner un plazo fijo (o comprar dólares), significará menos riesgo, pero también un menor beneficio esperado. Macroeconómicamente, el Mercosur produjo una relación comercial con Brasil que trajo beneficios, pero también avivó los riesgos de contagio de los ciclos económicos entre ambos países.

El intercambio entre eficiencia y equidad es quizás el más ideológico de los tres. Siendo indulgentes con la simplificación, podemos asociar el liberalismo económico con un sistema donde se privilegia la eficiencia por sobre la equidad y el intervencionismo, con lo contrario. La actitud cauta a la hora de escuchar promesas de uno y otro arco ideológico es, por default, asumir la existencia de un intercambio.

En estos días que vemos crecer la preocupación por despidos en algunos sectores, es necesario mantener en mente este último tradeoff, sobre todo porque su acción tiende a ser más profunda en economías menos desarrolladas. Una potencial eliminación de toda barrera para la contratación y despido de los trabajadores seguramente contribuiría a mejorar la eficiencia productiva de las empresas, por ejemplo, porque reducirían los costos de prueba de nuevos empleados. Pero tal medida decididamente afectaría a los trabajadores flexibilizados porque ellos no cuentan con suficientes herramientas para defenderse ante un aumento tan dramático de la incertidumbre en su futuro laboral.

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