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Hay equipo, falta ver cómo juegan

09 diciembre de 2019

Por Matías Carugati Economista

No hubo sorpresas en el armado del gabinete. Finalmente, Alberto Fernández dio a conocer a los principales hombres y mujeres que lo acompañarán a partir del próximo 10 de diciembre. Uno a uno, fue hilvanando nombres, cargos y razones para su designación, aunque la mayoría de los lugares ya habían sido anunciados por la prensa en los días previos. Quedaban algunas incógnitas importantes, pero los designados surgieron de las “ternas” que circulaban como rumores en la previa.

El gabinete refleja el reparto de poder que llevó a Fernández a la Presidencia. Se trata de un equipo amplio que permite “lotear” espacios de poder (y presupuesto) entre los sectores que conforman el Frente de Todos. Más allá de la percepción subjetiva, hay un reparto que conforma al kirchnerismo, al massismo y a los gobernadores más fieles a Cristina Kirchner. Acaso los gobernadores peronistas y los sindicatos no han logrado acceder a la primera línea de gobierno, pero posiblemente obtengan espacios a nivel de secretarías, subsecretarías y lugares en empresas públicas. Sostener un esquema políticamente armónico va a ser difícil, sobre todo porque habrá ganadores y perdedores en los próximos años. En Argentina, son muy pocos los ministros que atraviesan toda una gestión completa al frente de una cartera, lo cual se debe a los resultados, las necesidades políticas e incluso hasta la suerte.

En materia económica, Alberto se decidió por los propios. La gestión va a estar en manos de personas con una mirada más heterodoxa (por decirlo de alguna forma), visión compartida por el Presidente, quien, además, tiene plena confianza en ellos. Matías Kulfas será el ministro de Desarrollo Productivo, una suerte de Ministerio de Producción potenciado. En tanto, Miguel Pesce regresará al BCRA, esta vez como su presidente (fue vice en la gestión de Cristina). El tercer nombre es el de Martín Guzmán, economista que ingresó al “albertismo” hace poco, y que estará encargado de la difícil tarea de renegociar la deuda pública. A pesar de reservarse para sí mismo la conducción económica, Cristina no estaría muy alejada, ya que no sólo conoce a algunos de estos economistas, sino que también logró poner gente de confianza en espacios críticos: Mercedes Marcó Del Pont en AFIP, Alejandro Vanoli en la Anses y Luana Volnovich en el Pami.

¿Qué implicancias tiene el armado del Gabinete para la macro? Se va confirmando poco a poco la intención de poner en marcha un plan de estímulo a la demanda. Financiar con emisión monetaria un aumento inicial del gasto público (orientado a los estratos más golpeados), de forma tal de reactivar el consumo. Inicialmente, las empresas podrían responder liquidando stocks, sin tanto impacto sobre los precios. Para que el efecto se sostenga en el tiempo tal vez se aumente el crédito barato, se active el Consejo Económico y Social y se refuerce el cepo cambiario. Pensando más allá de los primeros 6-8 meses, el resultado dependerá del resto de la política económica y, sobre todo de lo que suceda en materia fiscal. Guzmán tendrá la difícil tarea de convencer a los acreedores de que Argentina precisa tiempo para recuperarse y así poder pagar sus deudas. Con el agravante de que habrá que negociar a contrarreloj, considerando el stock de reservas y el cronograma de vencimientos. Si bien deseamos que las cosas salgan bien, los riesgos de esta estrategia no son menores.

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