La industria es una actividad cuyo propósito es transformar las materias primas en productos elaborados, semielaborados o súper elaborados. Es uno de los más potentes motores de la economía mundial, y un factor preponderante en el desarrollo de la humanidad en los últimos siglos. En la Argentina, la industria nacional tiene una larga historia.
El 2 de septiembre se conmemora en el país el Día de la Industria a pesar de que la "primera exportación argentina" encubre un acto de contrabando y comercio ilegal. Efectivamente, el 2 de septiembre de 1587 zarpó desde el fondeadero del Riachuelo, que hacía las veces de puerto de Buenos Aires, la carabela San Antonio, rumbo al Brasil. Llevaba en sus bodegas cubrecamas, frazadas, otros tejidos, sombreros y bolsas de harina, producidos en Santiago del Estero.
Pero en su interior, camufladas, según denunció el gobernador del Tucumán, Ramírez de Velasco, también cargaba barras de plata provenientes de Potosí, cuya exportación estaba prohibida por Real Cédula.
Después de este paradójico comienzo del comercio internacional, la industria nacional tuvo que esperar algunos siglos para crecer y desarrollarse.
Desde la época de la colonia tuvo un lugar preponderante el sector agrario, hasta que en el periodo comprendido entre 1880 y 1930 se dio finalmente un desarrollo industrial que es la raíz para el proceso de industrialización por sustitución de importaciones que empieza en la década del 40 y que duraría hasta entrados los años 70.
Más precisamente, podemos hacer foco en 1974 como el año de mayor esplendor industrial. Aquel año, la capacidad industrial estaba en 90% de su funcionamiento y el índice de desocupación llegó a 2,4%, siendo aún hoy uno de los más bajos de la historia del país. Una vez más, la industria como generadora de trabajo formal marcaba el camino.
A partir de allí, la historia es conocida. Argentina entró en un proceso de desindustrialización y apertura económica que generó grandes números de desocupación, fomentó el asistencialismo acompañado de falta de políticas industriales que colaboren con el crecimiento y desarrollo del país.
Hoy en día la estructura industrial argentina se mantiene, aunque con altibajos, y sigue siendo la principal generadora de empleo formal (1,5 millones de puestos de manera directa) y representa el 65% de las exportaciones del país. Es una de las mayores economías industriales de Sudamérica, pero sin embargo, se encuentra lejos de la estructura industrial de la década de 1970.
La industria hoy está funcionando al 50% de capacidad.
La industria nacional en la actualidad se encuentra en evolución y haciendo frente a constantes desafíos e intentando aprovechar las oportunidades. Hoy está funcionando al 50% de capacidad, con expectativa ante las sanciones de leyes claves como el RIGI y las actualizaciones de beneficios laborales que permitan un boom de inversiones e industrialización.
En este contexto los focos están puestos en sectores como el minero, energético, combustibles fósiles y energías renovables que pueden promover y traccionar a gran parte de la industria en zonas del país donde hay desequilibrios regionales importantes. Otro jugador no menor en este esquema es la famosa industria del software, o economía del conocimiento, que ya genera divisas por cerca de US$ 6.000 millones en exportación de servicios e insumos tecnológicos.
Hay una clara conciencia social que la industria es el eje fundamental de crecimiento y bienestar de la sociedad
De Vaca Muerta al GNL, del litio al cobre, del hidrógeno verde a la biotecnología, Argentina tiene sectores claves que sin dudas van a colaborar con el ingreso de divisas para lograr una balanza comercial superavitaria y cuentas públicas ordenadas. Si el Estado logra sumar el factor de la obra pública como llave para mejorar la infraestructura en todo el territorio, sin dudas podemos estar ante un escenario único para la industria.
Hay una clara conciencia social que la industria es el eje fundamental de crecimiento y bienestar de la sociedad y que es necesario comenzar un proceso de reindustrialización acorde a los tiempos que corren.
Esta reindustrialización requiere que comencemos cadena por cadena a estudiar los eslabones productivos para perfeccionar lo que falta. Afrontar los desafíos que nos impone la competitividad y la necesaria secuencialidad para lograr en etapas ser industrialmente competitivos, logrando reducir costos y rompiendo barreras comerciales.
- El fomento a la investigación y el desarrollo es fundamental para el presente y futuro no tan próximo, encontrando en él otro punto clave donde el Estado debe aportar siendo estratégicamente eficiente para no limitar el potencial de la innovación en muchos sectores.
Se hace obligatorio ir hacia un esquema de entendimiento entre el sector público y privado
En este panorama se hace obligatorio ir hacia un esquema de entendimiento entre el sector público y privado que puede resultar clave para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades, desde el sector público será fundamental pensar en incentivos fiscales, programas de desarrollo industrial y la creación de leyes que aporten al desenvolvimiento del sector privado, para que el Estado deje de ser el que pone el pie en la cabeza, sino que sea el que lo pone al lado para acompañar y caminar juntos hacia un crecimiento y desarrollo definitivo del entramado productivo y del país entero a base de trabajo, esfuerzo, cuidado de las cuentas públicas con inversión estratégica y absoluta eficiencia.
Como vimos, hay recursos para hacer de Argentina un país industrial, es cuestión de ser asertivos en la implementación de las políticas públicas para el sector. Entendiendo a la industria como eje central para el desarrollo del país es que debemos ponerla de moda.
