Entrevista a Fernando Grasso Subsecretario de Industria de la Nación
Tras la firma del acuerdo de mejora de la competitividad en la cadena automotriz, llegó ahora el momento de monitorear con rigor los avances para alcanzar las metas, que en algunos segmentos parecen ciertamente ambiciosas. El subsecretario de Industria, Fernando Grasso, trabaja hace meses en el armado de estas mesas sectoriales de competitividad. En diálogo con El Economista asegura que uno de los objetivos más difíciles es diversificar los mercados de exportación en el sector automotriz, y para ello recomienda la “especialización y complementación productiva” con Brasil.
¿Qué medidas puntuales se van a tomar para alcanzar las metas planteadas?
El acuerdo lo vemos muy positivo como metodología de trabajo y a su vez, desde el punto de vista de lo que buscamos para el sector automotriz. Obviamente, esto marca un escenario de trabajo donde hay cosas en las que ya avanzamos mucho, como la Ley de Autopartes, la mejora de reintegros a la exportación, la reducción de la carga tributaria, mejorar el marco regulatorio, la desburocaratización de distintas certificaciones y diversas cuestiones que hacen a la cadena automotriz. Y principalmente con un fuerte apoyo al desarrollo de la cadena autopartista.
De acá a dos años ya hay objetivos muy ambiciosos. ¿Se podrán cumplir sin inconvenientes?
Sí, obviamente todo requiere un esfuerzo y que se den las condiciones pero vemos que hemos avanzado mucho, ya sea en las iniciativas más específicas para el sector, como las distintas medidas que desde el punto de vista macro. Después están los objetivos más numéricos, concretos. Los proyectos de inversión que anunciaron las terminales y que venimos trabajando con ellos en el este marco, son objetivos totalmente cumplibles, ya sea el de integración como el objetivo de producción.
Quizás el tema de llegar a mercados extra-Mercosur podría parecer un poco lejano, considerando que hoy esos países tienen una participación marginal en las exportaciones.
Obviamente, ése es uno de los desafíos grandes que tenemos, pero vamos a ir dando pasos. Es importante que tanto los empresarios, como el Estado y los sindicatos estemos alineados en una misma mirada de hacia dónde vamos y los principales ejes de acción a coordinar.
¿Cuál es el mayor riesgo en este acuerdo?
Para que la industria pueda crecer en el tiempo y se desarrollen nuevos proyectos de inversión en el país, hay que adaptarse a las condiciones de competitividad que nos plantea el mundo. Desde ese punto de vista hay tareas que cumplir de parte de todos, proyectos de inversión de los empresarios y también los sindicatos. Esto supone tanto capacitación de los trabajadores para adecuarse a las formas de trabajo de las nuevas tecnologías.
¿La clave para asociarse a Brasil pasa por desarrolar nichos particulares y no competir en los mercados en los que están ellos?
En el tema Brasil, para poder darle sustentabilidad a la relación y a la estructura productiva de toda la región, tenemos que pensar también en una mayor especialización. Esto por dos sentidos, porque para que haya mayor integración local de autopartes y haya proyectos nuevos de inversión que sean sustentables en el tiempo y se dinamicen esas inversiones en el país o en la región, tenemos que generar estructuras productivas que tengan escalas óptimas de producción y no generar ensamblado de vehículos que tienen baja escala. Eso no sólo no permite que haya una integración de autopartes y un desarrollo de proveedores adecuado sino que la propia baja escala hace que no sea competitivo hasta la propia etapa de ensamblado.
Para lograr eso, necesariamente, queremos tener una integración productiva con Brasil que tenga especialización y complementación productiva. El mercado regional es uno de los más relevantes a nivel mundial. Sabemos que tanto la industria argentina como la brasileña en este sector van a tener el sustento principal en el mercado interno pero también somos conscientes que eso no va a alcanzar y tenemos que generar condiciones de competitividad para poder abordar terceros mercados en forma conjunta.
