En abril la industria dio un nuevo paso en su (muy) lenta marcha hacia la recuperación, tras la fuerte caída que experimentó en 2016. La expectativa es que hacia adelante el sector vuelva a experimentar algún retroceso por la corrida cambiaria, que necesariamente afectará al consumo por la vía de la suba generalizada de precios (y también cabe esperar algún freno en la construcción, por la merma de la obra pública, que funcionó como tirón de demanda). Pero en abril el número de utilización de la capacidad instalada volvió a crecer levemente, aunque está todavía muy lejos del pleno empleo: llegó a 67,6%.
En abril la construcción volvió a impulsar a la industria, ofreciéndole un tirón de demanda. Sin ir más lejos, el bloque que presentó el mayor nivel de utilización de la capacidad instalada fue el de las industrias metálicas básicas (88,6%), superior al registrado en abril de 2017 (73,6%). La actividad del sector está impulsada principalmente por la demanda de productos siderúrgicos para la construcción, aunque también por la industria automotriz y por la demanda de sectores energéticos.
Cerca en la tabla aparecieron los productos minerales no metálicos, con un nivel de utilización de la capacidad instalada de 74,2%, también superior al registrado en abril de 2017 (71,0%). La actividad del sector, tal como destacó el Indec a través del informe de Utilización de la capacidad instalada en la industria (UCII) de abril, está impulsada por la mayor producción de cemento y otros materiales de construcción.
El bloque de alimentos y bebidas presentó un nivel de utilización de la capacidad instalada de 65% y la industria automotriz uno de 55,8%. El menor nivel se observó en el bloque de productos textiles (52,3%), inferior al registrado en abril de 2017 (54,9%).
