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El crédito pyme: la recuperación y el desafío de la consolidación

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27 enero de 2021

Por Francisco Arno (*) y Tomás Canosa (**)

La economía argentina no se caracteriza por estar plagada de buenas noticias. Ojalá las páginas de este diario, los portales web y las redes sociales, pudieran dar cuenta que en los últimos años el país logró bajar sustancialmente la pobreza, impulsar sus exportaciones, evitar bruscos saltos del tipo de cambio, aumentar el empleo de calidad, y alcanzar una tasa de inflación menor a los dos dígitos. Sin embargo, en el transcurso de los últimos meses se fue consolidando un proceso de progresiva recuperación del crédito a las pymes.

Los préstamos a las micro, pequeñas y medianas empresas crecieron 73% durante noviembre en comparación con el mismo mes de 2019, según el análisis realizado por ADIMRA a partir de las estadísticas del BCRA. Fue el mayor incremento en términos interanuales de la serie y se logró recuperar el nivel de crédito que había en octubre de 2018. La evolución del crédito pyme incluso durante los últimos meses trajo dos fenómenos que no suelen suceder. El crédito a las empresas pequeñas y medianas crece más rápida que el crédito a todo el sector privado no financiero (73% a las pymes versus 10,4%), y la tasa de interés para descontar un cheque a más de 90 días, por ejemplo, es más baja para las pymes que para una gran empresa.

El paulatino incremento del crédito pyme se explica por una multiplicidad de razones. Por un lado, la progresiva recuperación de la actividad que comenzó a registrarse en el transcurso de los últimos meses del año pasado. El sector metalúrgico, por ejemplo, acumula 3 meses con crecimiento de la actividad en términos interanuales, aunque con una marcada heterogeneidad en los diversos rubros. Por el otro, la reducción de las tasas de interés bancario para todos los instrumentos financieros, pero principalmente para los más utilizados por las pymes (adelanto en cuenta corriente, préstamos a sola firma y descuento de cheques). La Tasa de Interés Nominal Anual (TNA) promediaba el 88,5% en septiembre de 2019, mientras que un año después había descendido al 37,6%. En tercer lugar por la baja base de comparación.

Finalmente, el Ministerio de Desarrollo Productivo impulsó instrumentos específicos para fomentar el acceso al crédito e incentivar inversiones productivas con tasas más atractivas para las pymes. Para continuar en esta dirección será indispensable que se consolide el crecimiento de la actividad y que se eviten bruscos saltos del tipo de cambio que puedan llevar a aumentar la tasa de interés.

La experiencia internacional muestra que las pymes suelen tener más dificultades que las grandes empresas para acceder al crédito: cuentan con menos garantías, suelen tener que pagar una mayor tasa de interés y tienen menor cantidad de personal para realizar gestiones bancarias. Según un estudio realizado por la UIA, BICE y BID, el 76% de los dueños/socios de las microempresas gestionan directamente el financiamiento para la compañía, el 69% de los dueños/socios en una pequeña empresa, el 48% en las que son mediana tramo 1. Este combo de desafíos que enfrentan las pymes se traduce en que el 30% del crédito a todas las empresas vaya a las pymes en los países de ingresos medios, mientras que en las naciones más ricas el 52% del crédito fluye hacia las cuentas de las empresas pequeñas y medianas, según el último informe de la OCDE “Financiando a las PyMEs y Emprendedores 2020”.

¿Qué proporción del crédito al sector privado no financiero reciben las pymes en Argentina? 16 de cada 100 pesos, según las últimas estadísticas del BCRA. Por lo tanto, la tendencia registrada en los últimos meses es alentadora, pero todavía queda un largo camino por recorrer para potenciar el acceso al crédito para las pymes. Principalmente si vemos que en los dos países con mayor entramado industrial de América Latina (Brasil y México), las pymes reciben entre el 34,8% y el 36% del crédito, respectivamente. Esta diferencia es sustancial si se entiende que la industria local compite contra la fabricación de todo el mundo al ser un sector transable y la competitividad no depende exclusivamente del tipo de cambio, sino que también juegan un papel central la calidad de los productos, las ideas nuevas, los precios, la logística y también el financiamiento. Contar con más financiamiento, tanto a través del mercado bancario, como del mercado de capitales, permite que el entramado productivo cuente más opciones para llevar adelante sus proyectos y se mejore la productividad de toda la economía.

(*) Departamento de Estudios Económicos ADIMRA

(**) Director de Estudios Económicos ADIMRA

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