Eduardo Bastitta es CEO de +Colonia, emprendedor Endeavor y co-fundador de Plaza Logística. Además, integra el Consejo de Asesores de Javier Milei. En diálogo exclusivo con El Economista, da su visión sobre el inicio del Gobierno de Milei, las expectativas empresarias y el futuo de la economía.
-Se han cumplido más de siete meses de Gobierno de Milei. ¿Lo hecho hasta ahora superó sus expectativas y qué ha sido lo que más le impactó?
Los primeros siete meses de Gobierno tuvieron logros que eran absolutamente impensados por la inmensa mayoría del llamado Círculo Rojo, incluyendo, sobre todo, a los economistas y analistas de actualidad. El Gobierno no sólo evitó una tragedia inminente, sino que además logró el superávit fiscal en su primer semestre, atacando así al corazón del problema argentino. Fue un arranque inédito y muy esperanzador, hubo además muchos logros en las áreas más diversas, algunos más evidentes como la Ley Bases y otros que irán saliendo a la luz con el tiempo.
-En el foro LlaoLlao, en Bariloche, en el que usted estuvo presente, Milei les pidió a los empresarios poner lo que hay que poner para abandonar de Egipto, una metáfora religiosa para dejar atrás el populismo. ¿Ya están dadas las condiciones para que lleguen grandes inversiones o todavía falta y es necesario que el Estado haga, o deje de hacer, más cosas?
Las inversiones van llegando en etapas. Argentina tiene sus mercados y empresas desmembrados luego de más de 20 años de inestabilidad. Es como una economía que se recupera de una guerra. Algunas empresas, las más grandes, van a poder empezar el ciclo de inversión, y el RIGI apunta a apalancar esas inversiones, sobre todo en determinados sectores. Pero, en un tiempo, la estabilidad y los beneficios que hoy otorga el RIGI sólo para algunas inversiones tendrán que llegar a todos y, junto con la estabilidad, veremos un crecimiento exponencial de la inversión en forma masiva. El Estado se irá corriendo del medio, devolviendo a la población la moneda y con ella, la capacidad de crecer e invertir. Va a ser un espectáculo ver a los millones de argentinos salir a la cancha, después de tanto tiempo.
-Una de las cuestiones más sorprendentes de estos primeros siete meses del Gobierno de Milei fue, y aún es, el apoyo de la sociedad. Más allá del ajuste macroeconómico, los índices de imagen positiva de Milei se sostienen en niveles muy altos. Esto puede durar un tiempo más. Nadie sabe cuánto: un mes, tres, seis, un año. ¿Cuán importante es que haya mejoras económicas concretas para sostener estos estos índices y cuánto cree que puede hacerse a través de lo que Milei llama la "batalla cultural"?
Soy un convencido de que el apoyo al gobierno radica en las ideas de la libertad. La convicción y la autenticidad del Presidente transmiten estas verdades profundas que calan hondo en la población, más allá del nivel educativo o social. El apoyo es a las ideas y no al plan de gobierno. Es un apoyo más profundo que se basa en la confianza del rumbo y tiene mucha más capacidad de comprender y resistir. La denominada "batalla cultural" se está ganando por goleada porque confronta, en buena medida, a la verdad con la mentira. A mí me gusta decir que estamos viviendo una revolución de la libertad y, en un sentido más profundo, también una revolución de la verdad. Esa misma convicción es la que lleva al Gobierno a hacer los mayores esfuerzos para acelerar los tiempos de las reformas pendientes que terminen de liberar las fuerzas de crecimiento de los argentinos.
-¿Cómo está viendo el posicionamiento público de sus colegas empresarios con la gestión de Milei? ¿Deberían hablar más?
Yo percibo un gran apoyo e ilusión del empresariado a la gestión del Gobierno. A medida que las reformas avanzan y el Estado va corriéndose del medio, se van activando las fuerzas productivas lideradas por los empresarios y emprendedores.
-Usted va a ser el líder del eje temático "Rol de Estado" en el Coloquio de IDEA. ¿Qué nos puede anticipar y qué piensa cuándo Milei dice que quiere destruir el Estado?
En la célula del Coloquio de IDEA del "Rol del Estado" estamos preguntándonos cuál debiera ser ese rol. Es un doble click al punto 3 del Pacto de Mayo, que establece un tamaño máximo razonable de 25% del PIB para el gasto público. Hoy tenemos un Estado con tres niveles de Gobierno totalmente descoordinados, proveyendo servicios superpuestos y de mala calidad. Los argentinos terminamos pagando lo mismo varias veces, siendo atacados con impuestos y tasas inconstitucionales por parte de Nación, provincia y municipios. Y después, para colmo, los que podemos terminamos contratando los servicios de educación, salud, seguridad, infraestructura en el ámbito privado. Este es el debate que queremos poner en agenda con datos y evidencia que muestran la situación dramática en la que estamos. En lo personal, creo que el Estado debiera implementar lo que podría llamarse el "Plan Pochoclo", que significa correrse del medio, eliminar todos los elementos de sí mismo que bloquean la capacidad de los argentinos de crecer y desarrollarse, evitando la tentación dirigista y simplemente dedicándose a comer pochoclo mientras se disfruta del espectáculo que significará, sin dudas, el hecho de liberar las fuerzas de los 47 millones de leones que están maniatados hace tanto tiempo.
