En diálogo con El Economista, Ricardo Delgado, integrante del equipo económico que asesora al candidato presidencial Sergio Massa, reseña los desafíos que enfrentará el nuevo Gobierno y plantea cómo piensan encararlos desde el Frente Renovador (FR) en caso de ser electos.
¿Se sabe aproximadamente cómo estará la economía el 10 de diciembre o aún hay muchos imponderables?
Sabemos que la herencia será compleja. Nos gusta la idea del ¨campo minado¨ para graficarla. Pero también somos conscientes de que este Gobierno muestra mucho menos información de la que debería, y por eso somos cautos a la hora de computar los pasivos. Hay cosas obvias, como la inflación, el desarreglo fiscal, el desastre energético y de infraestructura en general o la delicada situación del Banco Central, pero el verdadero cuadro lo sabremos recién el 10 de diciembre.
¿Con voluntad política, en cuanto tiempo se puede “normalizar” el Indec? ¿Es un proceso rápido o reconstruirlo llevará su tiempo?
No hay soluciones mágicas. En 24 horas no se resuelve el cepo o el Indec. Debemos ser responsables. Nosotros tenemos un proyecto de reconstrucción del Indec a partir de un organismo descentralizado, con cargos ejecutivos y directivos cubiertos por concurso, con autarquía funcional y la reincorporación de los profesionales injustamente cesanteados por la intervención de Guillermo Moreno. La decisión política será recrear la credibilidad en las estadísticas públicas lo antes posible.
El cepo tiene varias facetas (cepo a las importaciones, al giro de utilidades y dividendos y, el más conocido, a los ahorristas). ¿Ustedes proyectan levantar todos estos cepos en cien días o van a privilegiar alguno de ellos?
El cepo debe entenderse como una traba central para la inversión. La idea es levantarlo por completo en cien días, dentro de un programa integral de estabilización de precios que focalice los esfuerzos en recrear condiciones para invertir, para repatriar los dólares fugados por los argentinos y para ahorrar en pesos. El cepo es un instrumento que atenta contra esos objetivos.
¿Cómo se financiará la represión financiera (acumulada y presente)?
Con un programa económico creíble, los dólares fugados comenzaran a retornar, y las inversiones externas lentamente pondrán a la Argentina en el radar. Nos interesa la inversión real, aquella que apuesta a largo plazo, en industria, agro, energía, telecomunicaciones, infraestructuras diversas. Sabemos que vendrán inversiones netamente financieras también, a las que tendremos que administrar correctamente para evitar que se profundice la apreciación cambiaria y se desaliente la producción para exportar.
¿Subir el tipo de cambio hacia su nivel de equilibrio no estimulará la inflación y las expectativas inflacionarias? ¿Cómo contenerlas?
Vamos a volver al mercado único de cambios, con flotación administrada. En la medida en que se recree la confianza, esto no generará ningún salto devaluatorio ni impactos sensibles en los precios.
¿Les preocupa no tener mayorías en el Congreso, como se espera, ni tanto poder político como el que tuvo, y tiene, el FpV para imponer su programa?
El próximo Gobierno deberá lograr consensos a nivel parlamentario para sancionar leyes clave. Sergio Massa es un excelente negociador y componedor, y la experiencia en la gestión de muchos de los cuadros técnicos del Frente Renovador harán que esta falta inicial de mayorías absolutas pueda zanjarse sin problemas.
