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Criptos: ¿qué esperar para el año que viene?

La relación de los gobiernos con las criptos (y específicamente las stablecoins); el acercamiento de las fintechs y otras empresas al mundo cripto y, además, el avance del metaverso

Criptomoneda
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Gonzalo Martínez Mosquera 21 diciembre de 2021

Mientras escribo estas líneas, Bitcoin cotiza alrededor de US$ 48.000 por unidad, luego de haber superado US$ 68.000 hace sólo dos meses, lo que representa una caída de 30% en 60 días. Sin embargo, para tomar un poco de perspectiva vale recordar que la moneda digital más conocida arrancó el año apenas encima de los US$ 30.000. Parece que los bitcoiners podrán decir que Bitcoin terminará el año con rendimientos positivos nuevamente.

La pregunta del millón es qué ocurrirá en el futuro, específicamente en el año 2022. Durante el año que termina apareció un fenómeno nuevo que no había intervenido durante los 12 años de existencia de Bitcoin: la inflación alta. 

Cuando digo “alta” lo hago con ojos del mundo desarrollado. Estoy hablando de subas en el nivel general de precios superiores al 5% anual, algo que para nosotros, los argentinos, es un juego de niños.

Es un condimento fundamental para poner a prueba el “relato” de Bitcoin si quiere posicionarse como la alternativa monetaria en formato digital, que mantiene fija su emisión y que, por lo tanto, tiende a tener un comportamiento “deflacionario” en contraposición al dólar que, en mayor o menor medida, todos los años pierde algo de su valor. 

El debate entre los macroeconomistas es si la inflación que estamos observando será algo transitorio o si llegó para quedarse por haberse “enquistado” en las expectativas de los partícipes del mercado. En el segundo caso, 2022 podría significar un caso de “ahora o nunca” para Bitcoin.

El resto de las criptos tuvieron comportamientos similares durante 2021. Si bien hay cierta depuración entre los proyectos que llegaron para quedarse y aquellos que no valen la pena, lo cierto es que gran parte del precio sigue sostenido por la especulación pura. 

Como “referente” entre mis conocidos en la cuestión cripto sigo recibiendo muchas consultas de gente interesada en comprar lo que sea siempre que tenga la palabra mágica “cripto” delante. Lo hacen sin tener idea lo que están adquiriendo o el riesgo que están asumiendo. 

Mi gran duda es qué ocurrirá con el precio de las criptos cuando todo ese “hype” desaparezca. Por ahora mi sensación es que vamos a seguir teniendo compras “en la oscuridad” por un buen rato.

Durante 2022 será fundamental seguir de cerca la transición de Ethereum de Proof of Work al Proof of Stake, que le permitirá escalar y absorber la enorme demanda que actualmente satura esa red y que vuelve prohibitivo el uso de ciertas aplicaciones. 

Algunos valientes se animan a aventurar que ello ocurrirá sobre fin de 2022. Personalmente, lo dudo mucho. Esa misma saturación es la que genera que florezcan alternativas como Solana, Polkadot o Algorand, que intentarán robarle el trono a la red de Vitalik Buterin. Si uno observa el gráfico de dominancia que elabora CoinmarketCap verá que Bitcoin tiene aproximadamente 41% de la capitalización de mercado y Ethereum el 21%. Por ahora el resto mira de lejos.

Pero, sin duda, lo que habrá que mirar con atención en 2022 dentro del ecosistema cripto son 3 cuestiones que se vinculan entre sí y que, en mi parecer, definirán la estructura futura del ecosistema. 

  1. La relación de los gobiernos con las criptos y específicamente con las stablecoins. 
  2. El acercamiento de las fintechs y empresas tecnológicas al mundo cripto.
  3. El avance del metaverso.

En particular, 2022 será probablemente el año en que el Congreso de Estados Unidos se defina respecto al posible lanzamiento de una CBDC y al tratamiento regulatorio que le dará a las stablecoins. 

Pareciera que Paxos está dando un paso al frente con sus asociaciones con Facebook, PayPal o MercadoPago. Será además el año donde empezaremos a entender de qué se trata eso del Metaverso y por qué Facebook cambió su nombre por el de “Meta”. Algunos aseguran que serán las criptos la moneda utilizada en esos mundos paralelos.

Sin lugar a dudas, 2002 será un año interesante para quien sigue el mundo cripto. Los que estamos en él hace tiempo sabemos que si uno consultaba en un comercio hace 3 años si podía pagar con Bitcoin, la respuesta era: “¿Qué es eso?”. Durante 2020 y 2021 la gente fue aprendiendo de qué se trataba esa moneda digital “tan rara”. Tal vez 2022 será el año donde las criptos se vuelvan algo tan común y accesible para cualquiera como lo es hoy mandar un mail.

¡Ojala así sea!

Felices criptofiestas para todos y que tengamos un gran 2022.

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