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Futuro del trabajo: fusión entre vida personal y laboral

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14 abril de 2020

Por Alejandro Desimone  VP de Talento Humano de Seguros SURA

Debido a la propagación del coronavirus en el mundo y luego del inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio en nuestro país, las empresas, incluso aquellas que no lo habían hecho nunca, se vieron forzadas a implementar el trabajo remoto para continuar realizando sus actividades y, en especial, para subsistir dentro de un contexto de gran incertidumbre.

Si bien algunas ya se desarrollaban en esta modalidad total o parcialmente, no todas estaban preparadas para este cambio de manera tan repentina o para aplicar el teletrabajo en todas sus operaciones a la vez. En este sentido, la pandemia logró lo que nada ni nadie más había logrado: hizo que se aceleraran los procesos relacionados a la adopción de tecnología.

Para lograrlo, se apoyaron en herramientas tecnológicas que les permitieran continuar con su trabajo lo más conectados posibles, tales como aplicaciones de videollamada para mantener reuniones de seguimiento o aplicaciones de administración de tareas que facilitan la organización de proyectos y equipos.

Esto implica que las personas están interactuando casi exclusivamente a través de canales digitales, no sólo en el entorno laboral, sino en su vida personal para mantenerse al día con familiares y seres queridos. De esta forma, los individuos están constituyendo una identidad digital, desarrollada mediante estas interacciones virtuales.

Así, las nuevas tendencias y los cambios en las modalidades de trabajo no sólo afectan a la operatoria de las empresas, también influyen en las personas que conforman a las organizaciones por igual, en especial cuando son cambios que se realizan abruptamente, como puede haber sido el caso de algunas compañías.

Como resultado de esta nueva realidad y de la mano de la hiperconectividad, se está generando una integración entre el ámbito laboral y el ámbito personal de los colaboradores. Los límites que separan a la vida laboral y la vida personal se desdibujan para fusionarse en una sola vida. Esto se ve claramente en este momento, donde de pronto hay familias enteras que se encuentran trabajando o estudiando en un mismo espacio.

Todo ello parte desde un cambio en la concepción misma de lo que es trabajar. Hoy, el trabajo ya no es una “carga”, sino que se convirtió en una posibilidad de encontrar un propósito y conectarse con la sociedad, lo cual lleva a que la motivación surja desde un deseo de autorrealización.

Por esta razón, las organizaciones comienzan a tener una visión más integradora del ser humano, que reconoce otros planos más allá del trabajo. Esta visión se relaciona directamente con la vida saludable, dado que las empresas se preocupan por el desarrollo integral de sus colaboradores y buscan contribuir a su bienestar en distintos aspectos de su vida.

Las personas por su parte deberán gestionar el equilibrio entre lo laboral y lo personal, una tarea que no siempre resulta sencilla, pero es crucial para la vida saludable. El rol de la empresa será entonces el de incentivar esta gestión individual del equilibrio, partiendo desde la confianza y la autonomía con responsabilidad.

En situaciones críticas como esta pandemia, donde la respuesta rápida es clave para la supervivencia de las compañías, mantenerse al tanto de las nuevas tendencias cobra una mayor relevancia. Creemos que las tendencias tienen dos connotaciones: oportunidad o riesgo. Por esto, aquellas organizaciones que se adelanten a las tendencias tendrán más chances de mantenerse competitivas en el tiempo, frente a aquellas que las adoptan cuando ya es demasiado tarde.

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