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Con muchos nombres en danza, Alberto retrasa las definiciones

El Presidente electo todavía no definió su organigrama de gobierno. Tiempos y prioridades para el nuevo gabinete

15 noviembre de 2019

El frente externo ocupó el mayor tiempo de su agenda en las últimas dos semanas. Y no es para menos. La crisis en la región, con Chile en estado de convulsión permanente y Bolivia con golpe de Estado y posterior disputa de poder en las calles y en los palacios, lo ameritaba. También la necesidad de tender puentes con aliados necesarios para una gestión que tendrá el desafío de renegociar la deuda que deja el gobierno de Cambiemos y generar recursos genuinos para resolver su cuestión fiscal. Pero esta razón no es la única por la cual el presidente electo, todavía no confirmó a los funcionarios que lo acompañarán en su gobierno.

Cerca de Fernández señalan que no hay apuro para las oficializaciones y que los distintos equipos para las diversas áreas de gestión ya están trabajando. En ese sentido, la mayoría de los nombres que están en danza serán parte de ese organigrama, aunque falte definir algunas piezas y tomar decisiones en cuento a medidas concretas para los primeros meses.

El acuerdo social es uno de los instrumentos que el nuevo gobierno intentará poner en funciones apenas asuma. Mientras que las decisiones de política económica (cuánto de heterodoxia, cuánto de ortodoxia) forman parte de las incógnitas, más allá de que se sepa que los tres cargos más importantes del área estarán en manos de Matías Kulfas, Cecilia Tedesco y Guillermo Nielsen, sin que esté confirmado todavía roles y funciones.

En esa danza de nombres, varios parecen tener su lugar asegurado. Santiago Cafiero estaría a cargo de la jefatura de Gabinete o, en su defecto, la secretaría general de la Presidencia. Vilma Ibarra está firme en la Secretaría Legal y Técnica, encargada de cuidar la firma del presidente y Felipe Solá se encargaría de las relaciones exteriores del país. En los viajes que Fernández realizó en las últimas semanas, Solá estuvo a su lado, más allá de que la inestabilidad regional pueda generar algunas dudas extras. Estos tres dirigentes integran el grupo de los más cercanos a Alberto y encabezan el organigrama posible.

Después aparecen otros nombres que también parecen ser números puestos. Daniel Arroyo, a cargo de Desarrollo Social; Claudio Moroni, respaldado por la CGT, al frente de Trabajo; Eduardo De Pedro, en Interior; o Marcela Losardo, en Justicia. Mientras que una segunda línea de “casi-confirmados” está integrada por Fernando Peirano en el rejerarquizado Ministerio de Ciencia y Tecnología; Nicolás Trotta, en Educación; y María Eugenia Bielsa, en la cartera que aglutine Hábitat y Vivienda. Mientras que Pablo Yedlin parece no tener competencia para Salud, que volverá a tener jerarquía de ministerio. El panorama en las otras áreas es más incierto. Puede haber alguna que otra sorpresa (“algún tapado”), pero en general la grilla se completará con esos nombres en danza.

***

Libro y aborto

El presidente electo, Alberto Fernández, participó ayer de la presentación del libro “Somos Belén” de Ana Correa, en la Facultad de Derecho de la UBA. Allí Fernández volvió a pronunciarse a favor de la interrupción legal del embarazo. La discusión sobre el aborto legal se retomará el año próximo, luego de que un proyecto en 2018 recibiera media sanción en Diputados y el rechazo en el Senado. En el texto de Correa se cuenta la historia de una mujer presa por un aborto espontáneo. Allí, Fernández estuvo acompañado por Vilma Ibarra, posible secretaria Legal y Técnica

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