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¿Mantener las reservas o el tipo de cambio? La disyuntiva en la eventual transición de Gobierno

Ante un muy probable cambio de Gobierno que se avecina, economistas analizan qué priorizará la Administración actual y el camino que tomará durante el traspaso de mando.

25 octubre de 2019

Por Enrique Pizarro 

A la luz de los resultados de las elecciones primarias de agosto, todo parece indicar que este domingo por la noche Argentina sabrá quién será su próximo Presidente. En tanto, hay expectativas sobre qué pasará a partir de ese momento. Como antecedente, está el episodio del lunes 12 de agosto, día siguiente de las PASO: el contundente triunfo del candidato del kirchnerismo, Alberto Fernández, generó una reacción muy negativa en los mercados y la inmediata corrida cambiaria llevó al dólar a un salto de 30% (de $ 46 a $ 60), se duplicó el riesgo país, la bolsa de Buenos Aires se desplomó casi 40% y las acciones argentinas se derrumbaron hasta 65%.

No obstante, para este lunes se estima que, si bien podría ser una jornada volátil, no será similar a aquel “lunes negro” de agosto, puesto que el resultado electoral ya está asumido por el mercado y los movimientos se anticiparon, dada la ventaja de Fernández sobre el oficialismo en los comicios pasados. Las expectativas se abren sobre la eventual transición que tendría lugar entre este lunes y el 10 de diciembre, un lapso que no es muy extenso (treinta ruedas), pero que podría ser complejo en términos económicos.

Durante las últimas jornadas, en la antesala a las elecciones, pese al control de cambios, el Banco Central perdió importantes montos de reservas para contener el tipo de cambio: ayer, intervino con US$ 346 millones y la salida total de divisas fue de US$ 883 millones respecto al cierre anterior. De esta manera, las reservas de la entidad monetaria se ubicaron ayer en US$ 45.258 millones. El drenaje, de seguir a este mismo ritmo hasta el eventual cambio de mando, sería insostenible. Analistas económicos coinciden en que ante ese escenario sería muy probable que el control de cambios se endurezca.

“Si Fernández gana las elecciones, como todo parece indicarlo, desde el día siguiente deberá sacarse el traje de candidato y ponerse el de Presidente electo. Su objetivo prioritario pasará de ser ganar votos a conseguir estabilidad y gobernabilidad”, señaló desde Ecolatina Matías Rajnerman en diálogo con El Economista. “En ese marco, le conviene llegar con la mayor cantidad de reservas posibles, por un tema de pago de deuda, y el tipo de cambio sin dispararse, porque eso en términos sociales y de inflación tensa más la situación”, afirmó.

Rajnerman comentó que si bien Fernández podría “ahorrarse” la tarea de la devaluación o parte de la corrección, el tipo de cambio ya está en niveles bastante altos. Respecto a lo que vendrá a partir del lunes, señaló que dependerá mucho de las declaraciones de haga el representante del Frente de Todos. “Yo veo un escenario de cooperación. Creo que va a haber un poco de las dos: parte de venta de reservas y parte de suba de tipo de cambio. Creo que va a estar más asociado a una dinámica propia de una transición”, estimó el especialista.

“En el escenario más probable, que Fernández gana en primera vuelta, si continúa la presión cambiaria durante la transición, él tendría incentivos para proteger las reservas y dejar que ajuste el tipo de cambio, mientras que el presidente Mauricio Macri tendría incentivos para evitar un nuevo shock de tipo de cambio e inflación, a costa de una mayor pérdida en reservas”, consideró ante este medio Federico Furiase, director del estudio EcoGo.

Furiase explicó que, en ese escenario, la llave para evitar el trade off entre caída en reservas y shock de tipo de cambio la tendrá el Gobierno entrante, en función de la credibilidad que genere mediante un programa económico sólido, que incluya consistencia monetaria y fiscal; negociación rápida de la deuda con acreedores privados y con el Fondo Monetario Internacional (FMI); y un plan de estabilización para contener la inercia de las paritarias y la indexación de la economía.

“Si algunas de estas aristas falla, habrá altas chances de una intensificación de la inestabilidad financiera con riesgo de espiralización, en un contexto de expectativas de que el Banco Central tenga que emitir moneda para cerrar la brecha fiscal del Tesoro en diciembre y la aceleración en la pérdida de reservas por tres grifos: vencimiento de deuda, salida de depósitos y venta de reservas para mantener el tipo de cambio”, advirtió Furiase, que estima que iremos hacia un endurecimiento de los controles de cambio, pero resalta que eso no implicará estabilidad. Según sus proyecciones, en un escenario base, al cambio de Gobierno las reservas brutas serán de US$ 37.800 millones y las netas estarán en torno a US$ 9.000 millones.

“Mi impresión es que van a tratar de cuidar las reservas y contener el tipo de cambio al mismo tiempo, lo que necesariamente implica mayores restricciones de acceso al mercado cambiario”, comentó a El Economista Adrián Yarde Buller, del Grupo SBS. “Las potenciales medidas estarían probablemente orientadas a contener las presiones financieras sin afectar demasiado a las operaciones comerciales. En esta lógica, las autoridades tendrían que optar entre limitar el acceso al mercado cambiario para atesoramiento o directamente introducir un desdoblamiento formal con un dólar financiero libre”, agregó.

Para Guido Lorenzo, director de la consultora LCG, la administración de Mauricio Macri buscará mantener controlado el tipo de cambio en la eventual transición. “El Gobierno saliente no tiene ningún incentivo a preservar las reservas del Banco Central”, opinó ante este diario, y estimó que la dinámica será sacrificar las reservas o implementar más controles cambiarios para contener la cotización.

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