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Destacan la necesidad de tener tasas positivas

05 agosto de 2019

Argentina necesita fortalecer el peso para generar un mercado de crédito amplio y permitir que las empresas se endeuden para financiar inversiones y que el Gobierno no deba tomar deuda en moneda extranjera, aseguró la consultora Ecolatina.

Luego de décadas de desconfianza de los inversores en el peso por los altos índices de inflación, las fuertes devaluaciones y la recesión, “el próximo gobierno deberá intentar conseguir una tasa de interés real que debería ser claramente positiva, pero al mismo tiempo no debería ahogar al entramado productivo”.

“El próximo gobierno deberá buscar un equilibrio que pocas veces se encontró en los últimos treinta años. Argentina necesita confiar en su moneda y para eso deberá generar incentivos. Es decir, no debería caer en la tasa real de 6,1% promedio de la convertibilidad, ni en el -7,2% del período 2003-2019”, destacó.

En ese marco, la tasa de interés real de julio usando la inflación del IPC Ecolatina, (2,4%) fue cercana al 11% anualizada, mucho más que el 9% de junio, El 5% de mayo o el -3% de abril.

También señaló que en la medida que la inflación vaya desacelerando es probable que la tasa real continúe creciendo. Y agregó que recién bajaría de forma significativa luego de las elecciones y sólo en la medida en que el mercado crea en el equipo económico.

Deuda

“El que menos crece, el que más inflación tiene, el que más recesiones vivió, el de mayor pass through, el de mayor deuda en dólares como porcentaje de deuda total, etcétera. Argentina es un valor extremo, una excepción. No sería correcto intentar explicar todos estos problemas en base a un único argumento, pero detrás de buena parte de estas particularidades se esconde, entre muchas otras cosas, el hecho de que el argentino no confía en su moneda”, analizó.

Sin embargo, destacó que si los argentinos demandaran su moneda como una herramienta de ahorro pensarían en pesos, valuarían sus bienes en pesos y dejarían de tomar decisiones basados en la evolución del tipo de cambio, desacoplarían la evolución de la inflación y la depreciación de la moneda, como sucede en la mayoría de los países de la región.

También añadió que “demandar la moneda local generaría un mercado de crédito mucho más amplio que el que actualmente tenemos, posibilitando que las empresas se endeuden para financiar inversiones y, más importante en el actual contexto, el gobierno logre endeudarse en pesos y no deba hacerlo en moneda extranjera”.

Por eso, sostuvo que se necesita que el peso mantenga su valor o por lo menos que la retribución por prestarla (la tasa de interés) sea mayor a su desvalorización (la inflación), es decir, que la tasa de interés real sea positiva.

Y puso como ejemplo el caso de Chile, donde la tasa ha sido positiva en los últimos años: “En Chile durante el 70% de los últimos treinta años la tasa fue positiva y no hubo períodos largos con tasas sistemáticamente negativas ni meses puntuales con niveles demasiado bajos. Dese mediados de la década de 1990 y hasta comienzos de los 2000 la tasa es casi continuamente positiva”.

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