Bajo el lema “ni Esmeralda ni Fénix, todos peronistas” nació otro grupo de intendentes en la provincia de Buenos Aires. En esta ocasión, con incidencia en el interior del distrito y con el exsenador Julián Domínguez como principal referencia política. El Establo (así se llama el espacio), busca saldar la falta de unidad en el PJ, diferenciándose de los dos grupos que tomaron la iniciativa: el Esmeralda, que propone excluir al kirchnerismo en el armado; y los Fénix, más proclives a aceptar las diferencias.
Entre los intendentes que conforman el grupo están Marisa Fassi, de Cañuelas; Jorge Cortez, de Hipólito Yrigoyen; Oscar Ostoich, de Capitán Sarmiento; Ricardo Casi, de Colón; Juan Carlos Veramendi, de General Paz; Roberto Alvarez, de Tres Lomas; y Juan Carlos Gasparini, de Roque Pérez. Como se ve, jefes comunales del interior, donde Domínguez tiene más ascendencia.
La Cañuelas de Fassi, precisamente, es la ciudad de cabecera de la iniciativa. Allí, y ante la dispersión del peronismo bonaerense, los intendentes se pronunciaron a favor de la unidad partidaria y destacaron la importancia de la representación territorial. “En el debate de la problemática que afecta a nuestros municipios en el día a día está la verdadera causa de la unidad que hoy hemos demostrado aquí”, señaló el exintendente de Cañuelas y uno de los anfitriones, Gustavo Arrieta. En el documento que dieron a conocer, los intendentes peronistas del interior señalaron: “Creemos en el diálogo como responsabilidad institucional y política, por lo tanto proponemos la convocatoria amplia a todos los sectores para encontrar los acuerdos y consensos mínimos que permitan la resolución de los problemas planteados y según la construcción de una Patria para todos, sabiendo que los sectores del trabajo, la producción y la Iglesia, entre otros, deben ser protagonistas fundamentales de este momento”.
