“Si miramos las medidas tomadas a la fecha y el discurso presidencial, podríamosinferircuálesson los sectores donde el Gobierno espera apuntalar la inversión en los años por venir”, dice Darío Epstein, director de Research for Traders (RfT). En base a ello, el inversor tiene un panorama claro sobre dónde alocar su capital. ¿Cuáles son esos sectores?
“El campo ha sido uno de los sectores que ha recibido el beneficio inicial de las medidas del Gobierno”, dice Epstein y apunta a la mejora en el tipo de cambio de exportación efectivo por la reducción y/o eliminación de retenciones y, por supuesto, la devaluación del peso.
“La minería es un caso similar al del sector agropecuario”, argumenta. “La minería debería recapturar la atención de los inversores”, dice. Sin embargo, advierte: “El contexto mundial no ayuda, ya que los precios y el exceso de oferta frenan nuevos desarrollos.
El tercer sector es el energético. “Se incrementaron en cuatro oportunidades las naftas, lo que equivale al 31% en el año (un litro aquí ya vale 75% más en dólares que en Estados Unidos) y se mantuvo a las empresas productoras el subsidio por barril extraído para seguir incentivando la producción en US$ 65”, puntualiza Epstein.
El cuarto, dice, son los servicios públicos, “Lo más relevante será en qué medida se podrá potenciar la inversión privada ahora que las tarifas de los distintos servicios públicos han sido actualizadas luego de doce años de statu quo”, dice. “La suba de tarifas potenciaría el posicionamiento de inversores extranjeros y destrabaría inversiones de los grupos locales largamente demoradas”, complementa.
El quinto es un sector sediento de inversiones: el de infraestructuar. “Los planes de inversión en puertos, autopistas, puertos volverán a estar sobre la mesa”, señala. “Son muchas las oportunidades que se darán para los inversores privados dispuestos a asumir los riesgos”, expresa. Hay otros sectores, como el turismo y la construcción, a los cuales el Gobierno buscará darles impulso. “El que quiera anticiparse, ¡ya sabe por dónde va a saltar la liebre!”, concluye Epstein.
