Ayer se abrió un nuevo frente de conflicto interno en el Gobierno en el plano energético. El secretario de Energía, Darío Martínez, apuntó contra el ministro de Economía, Martín Guzmán, por no “bajar la plata” para la importación de Gas Natural Licuado (GNL) y gasoil para abastecer el sistema energético.
Horas más tarde, el conflicto fue solucionado, pero ahora se abre el interrogante sobre la capacidad de Argentina de enfrentar la crisis energética global que comenzó con la pandemia y recrudeció como consecuencia del conflicto bélico en Ucrania cuando se acerca el invierno. La industria, por su parte, se mantiene en alerta.
Primero, trascendió (alguien hizo trascender, en rigor) una carta explosiva de Martínez al presidente Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Juan Manzur y su jefe directo, el ministro de Economía. Allí, afirma que sólo recibió 21% de los fondos que necesita en marzo y describió un escenario demoledor. En la misiva, publicada por Infobae, se asegura, además, que se verá afectada la tarifa social de gas y electricidad y que habrá incumplimientos con los productores privados en el marco de los planes de estímulo como el Plan Gas.Ar.
“En el ejercicio de mis funciones como Secretario de Energía, consciente de las necesidades que se deben afrontar durante el corriente mes para mantener los servicios básicos imprescindibles y actividades críticas vinculados a mi área, es que por la presente rechazo el recorte impuesto por los Techos de Caja, advirtiendo sobre las consecuencias desastrosas para el país que ello implica”, dijo Martínez.
Según Energía, Guzmán aplicó a su presupuesto mensual lo que se conoce como Techo de Caja y en lugar de girar en marzo $309.802 millones, como se había solicitado, le envió $66.015 millones, el 21% de lo pedido.
Más tarde, desde el Ejecutivo salieron a calmar las aguas y definieron una solución al problema. Desde la Casa Rosada negaron que se trate de una nueva interna entre Guzmán y el área energética, más alineada con Cristina Kirchner.
Por otro lado, explicaron que la carta enviada por Martínez es un procedimiento habitual y que simplemente se trató de un reclamo de partidas ante la falta de una ley de Presupuesto para este año, ya que fue rechazado por el Congreso. El tono de la carta lo atribuyeron a la experiencia como diputado de Martínez.
Luego de las aclaraciones en off, el funcionario salió a anunciar que Economía puso a disponibilidad el envío de $243.000 millones para afrontar los gastos mensuales previstos durante marzo para la importación de gas, GNL y gasoil que garanticen el servicio eléctrico y para iniciar las obras para la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner.
“Hemos acordado con la Secretaría de Hacienda los nuevos techos, y la planificación financiera para el mes de marzo, que garantiza el funcionamiento del sistema energético en su conjunto, la provisión de gas por redes y la generación de energía eléctrica, y el cumplimiento de los programas de pago y las obligaciones la Secretaría de Energía”, afirmó Martínez en diálogo con C5N.
Abastecimiento, en riesgo
La guerra en el este de Europa generó un cimbronazo en el precio mundial de la energía. Esto va a impactar en Argentina, en un contexto en el que el BCRA tiene sus reservas netas casi en cero y se está terminando de cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que incluye, entre otras cosas, sumar casi US$ 6.000 millones a las reservas en 2022.
“El abastecimiento energético del próximo invierno está en riesgo y se requiere, con urgencia, que el Gobierno presente un plan de contingencia frente a la crisis”, señalaron en un comunicado desde la Comisión de Energía de la Fundación Alem, el think tank del radicalismo.
En el documento explicaron que el conflicto bélico desató una “crisis sin precedentes” en la industria energética mundial. “Los estados soberanos están tomando decisiones inmediatas para asegurar su abastecimiento energético en el futuro cercano. En nuestro caso sería para el próximo invierno”, explicaron.
El concepto de seguridad energética toma relevancia, en un entorno de incertidumbre y alta volatilidad, donde la oferta de hidrocarburos y en particular de GNL se encuentran comprometidas.
