El Economista - 73 años
Versión digital

vie 20 Sep

BUE 18°C
Análisis

El futuro que no ven

No hacemos políticas que favorezcan el desarrollo de la actividad económica privada. Así nos va y así nos va a ir. Ese es el futuro que no ven.

El presidente, Javier Milei.
El presidente, Javier Milei. .
Carlos Leyba 09 agosto de 2024

"Estamos viendo un panorama muy beneficioso para los argentinos en general". (G. Francos, ECC, 7/8). Señaló que le parecía "increíble, (que) hace menos de un año estaba sentado en una silla de director del BID, en Washington en un lugar muy lindo", lo hacía, como "cuadro kirchnerista", representando a Alberto Fernández, M. Guzmán y S. Massa; y no se privó de criticar "de modo directo al exministro Guzman, al que adjudico haber pateado toda la deuda para gobiernos posteriores" (LN, 8/7). Increíble Guillermo. 

La "casta" disfruta de "lugares lindos", aunque no esté de acuerdo. Ser "casta" es darse cuenta, después. 

En el Rotary nadie preguntó: ¿panorama muy beneficioso para quién? 

S. Bulla, presidente de ACDE, dijo "nos duele una realidad en la que la mayoría son pobres y la mayor parte de los pobres son niños, sin acceso a la salud o a la educación"; los empresarios cristianos dijeron se necesitan "políticas públicas que favorezcan el desarrollo de la actividad económica privada" (LN 8/7) 

En el primer trimestre el OSDA-UCA registra en, Gran Resistencia (Chaco), pobreza de 74,9% de sus habitantes, Formosa 72,1%, La Rioja 68%, Santiago del Estero (La Banda) 67,1%, Concordia 67%, Gran Buenos Aires 61,9%. 

La buena: Neuquén (Plottier), "sólo" 36,6%. El dato anticipa que los impactos inmediatos favorables tipo Vaca Muerta no se derraman sobre "la pobreza": la "viscosidad del derrame". 

La realidad es "heterogénea" (recuerda nuestro famoso economista amigo) pero "no tanto": en promedio 54,9% de los argentinos habitan en la pobreza. 

El jefe de Gabinete debió aclarar que hay "un panorama muy beneficioso", pero para muy pocos: 20%, de quienes viven en la pobreza, son indigentes. Agustín Salvia (OSDA-UCA) dice: "Las tasas de indigencia y de pobreza infantil habrían alcanzado niveles casi récord: 7 de cada 10 niños viven en un hogar pobre, mientras que 3 de cada 10 lo hacen en un hogar indigente, es decir, con ingresos que no cubren el valor de una Canasta Básica Alimentaria". 

Ninguna persona de bien puede obviar este drama. La negación, desde la cúpula del poder, preocupa: si "no la ven" es porque no la quieren mirar. 

La negación fue la estrategia que inauguró el kirchnerismo: el Indec de G. Moreno; la pobreza de Alemania según Aníbal Fernández o el fin de la indigencia según Cristina (FAO) o no medir la pobreza porque es estigmatizarla, según Kicillof.  Ayer y hoy historias en común con D. Scioli, un garante de la continuidad. 

La Consultora W computa 53% de la población como clase baja y marca, vía el proxy de la UTDT, pobreza en 48% de la población. Fechas y metodologías diferentes: números distintos pero escandalosos del deterioro del tejido social que, según G. Oliveto, se desencadena en los '80 y señala el exterminio de la clase media -a pesar de sus números optimistas acerca del "poder de compra" de los ingresos que computa- para concluir que, el "ADN del ser nacional", ha entrado en riesgo (LN 7/8). 

La pirámide social actual
La pirámide social actual

Hasta los '80 hubo cohesión (colchón de enorme clase media y alta probabilidad de acceso a ella) hoy, hay "colchón finito" -"desmotado" - y la sociedad en altísimo riesgo de fragmentación en un escenario económico (producción urbana y empleo formal declinan) en el que, la lucha contra la inflación tiene todas las características, si llegamos a inflación cero, de una victoria pírrica ("Con otra victoria como ésta, estoy perdido", Pirro).

Si la "estabilidad" se logra al tiempo que se deshilacha el ya frágil tejido social, habrá presiones difíciles de resistir. 

El hoy mayoritario apoyo al gobierno - según encuestas hoy en baja -depende de la baja de la inflación. ¿Aumenta ese apoyo si logra inflación cero, mientras se deshace el tejido social (o aumentan la pobreza, la marginalidad y la inseguridad)? ¿La "esperanza" alcanza para calmar el dolor de hambre? ¿Cuánto tiempo? 

Cuidado. La inflación, "urbi et orbi", no baja. CABA julio 5,1 %, subió; junio 4,8% y también subió. En junio, CABA, la inflación dejó de bajar. ¿Y entonces? 

Baja el valor real del tipo de cambio oficial mientras el riesgo país no baja: el ancla cambiaria se hunde, la nave se inquieta.

El destacado antropólogo P. Seman -creo haberlo escuchado, no lo cito, lo menciono para reconocer sus enormes aportes- sugirió que el descrédito de la política del pasado (kirchnerismo) surge de la sensación de una "violación" (engaño, abuso con violencia) que provocó "asco", vómito, en las víctimas. Como si no nos bastara con ese pasado, las revelaciones sobre A. Fernández (seguros, violencia de género), actualizan el resentimiento con el kirchnerismo. 

Cualquier comparación con el pasado mejora al presente.  

Pero otra vez, ¿por cuánto tiempo? 

¿El sufrimiento, recesión intensa y provocada; y una salida en cámara lenta y no alentada, como pide ACDE, encontrará nuevos responsables? 

¿Qué pasará cuando el "asco" al ayer, sea reemplazado por el hambre del presente?  

La tragedia es que no hay nada en oferta: el apagón propositivo es homérico.    

Quien gobierna dice "Estamos viendo un panorama muy beneficioso", repite el desencuentro de "casta" con la realidad. No ver el problema cancela la solución. 

El tejido social se deshilacha y si no se repara, será difícil construir sobre esa base. Ignoramos causas hace medio siglo. Los "optimismos" tramposos tornan bumerán (Massa/Milei). 

Política es pedagogía. Ejercer el poder obliga a iluminar el camino menos riesgoso para alcanzar el ámbito de reparo. No edulcorar con mentiras consumibles. Ni "adormecer conciencias", tratando de apagar la realidad con palabras. Eso es pavimentar el fracaso.    

¿Qué es fracasar hoy? Que el gobierno logre reducir la inflación, con aumento del desempleo y la pobreza, el deterioro de la posibilidad de formarse de la mayoría de nuestros niños; que la infraestructura se deteriore de tal suerte, por falta de inversiones, que impida el dinamismo de la productividad sistémica. 

Milei heredó este deterioro social y de infraestructura y su programa no ha dado ninguna señal de intentar revertirlo. Más bien todo lo contrario: más pobreza y menos infraestructura. 

Usted dirá, ¿y las reformas estructurales? Los proyectos de F. Sturzenegger y la ley RIGI son "la revolución libertaria". Volveré sobre eso. Mientras tanto el presente.

Este gobierno, al igual que el anterior, en general, afirma lo que no es. Incumple lo esencial que esperamos de quien conduce: que mire por dónde vamos. Quien no mira, choca.

El riesgo país dejó de bajar; y es difícil que "el cero inflación" llegue en septiembre y si aparece que sea para quedarse. Si llegara, que lo dudo, dudo que abra la puerta del cepo. 

Lo que nos rodea no es auspicioso, precio de soja, el real, pronósticos pesimistas para las finanzas mundiales. Imposible suponer que vivimos en "paz mundial". El contexto.

El tipo de cambio real volvió al nivel Massa, lo que obligó a la devaluación de diciembre. 

No monetizamos el déficit, porque no hay. Pero la reducción del gasto es un martillazo sobre la infraestructura pública ya oxidada y sobre el tejido social que poco puede sostener.

Una reducción a la bartola, mientras Tierra del Fuego y las transferencias canallas siguen en pie (a empresas varias y jubilaciones a los que no trabajaron y son ricos y a impedidos que no lo son, etc.).

Se sumó la "mala nueva" tributaria que premia evasores y reduce impuestos a los más afortunados y rebana ingresos a clase media y a trabajadores. Un éxito fiscal a la bartola. La palabra "equilibrio" suprimida del lenguaje. 

Baja la Masa Salarial real por el doble efecto de pérdida de empleo y caída del salario real. La cuenta, partiendo de la devaluación de diciembre, dice que los salarios perdieron en términos reales y que el consumo se desplomó. 

El tipo de cambio se atrasa: un ancla que alimenta la "enfermedad criolla" que es la falta de dólares genuinos (no los de la timba) y que nos lleva a endeudarnos. Que es lo que está pasando. Reservas netas negativas. Vencimientos difíciles. Tipo de cambio atrasado y finanzas públicas sostenidas por los impuestos al comercio exterior (retenciones e impuesto país). Sin ellos no hay "déficit cero". Todo bien: pero "atado con alambre".

Aresco, la favorita de Milei, informa (julio de 2024) que 69% de la población evalúa que la situación económica del país es negativa. 

El REM estimó que el año 2024 termina 3,7% abajo del ya alicaído 2023 y eso supone, dado el crecimiento del agro y la economía extractiva, que el resto, la economía urbana, estará en valores negativos cercanos al 7%. Ducha de agua helada sobre cuerpos famélicos. 

El gobierno "no la ve". "No ver" es una característica de los gobiernos que carecen de nutridos y bien formados elencos, entrenados durante largo tiempo, de análisis económico, social y político. Eso está en el ADN de los gobiernos sin partido. 

Estan dominados por "la info" y por eso se centran en el corto plazo de las elecciones cada dos años y en apostar a "los impactos" y a las "estrategias de redes" para alimentar los odios, a lo que se dedica la mayor inteligencia de este gobierno (y del anterior) y a elaborar "apuestas gigantes al futuro libertario cuyo nombre es RIGI" más la normativa desregulatoria.

¿Curan la enfermedad criolla que es la "falta de dólares"? 

Enfermedad que ha sido agravada desde hace décadas por el pedal financiero y el consecuente endeudamiento para pagar la fuga: nuestra versión de la enfermedad holandesa, el dólar se abarata por el ingreso de pedal que se convierte en deuda. 

El RIGI, como está planteado, es una nueva versión de la enfermedad holandesa para los próximos 30 años. Salen bienes primarios sin agregar valor en territorio y el 100% de los dólares pueden no ser liquidados al cabo del tercer año: mientras tanto saldo comercial negativo. 

"El futuro no es lo que va a venir, sino lo que vamos a hacer". (H. Bergson) 

Como dijo ACDE lo que no hacemos son "políticas públicas que favorezcan el desarrollo de la actividad económica privada" y así nos va y así nos va a ir. Ese es el futuro que no ven.

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés