El presidente Xi Jinping salió fortalecido luego de cuatro de deliberaciones del Partido Comunista Chino. Se lo definió como el “núcleo” que definirá las políticas del país en los próximos tiempos. Sólo Mao Zedong y Deng Xiaoping habían sido calificados de esa manera hasta ahora. Todo indica que el Congreso partidario, dentro de un año, reelegirá a Xi para otro período de cinco años.
En ascenso
El poder de Xi dentro del partido viene creciendo y es un líder muy popular entre los chinos por su ataque frontal a la corrupción y su compromiso con el cuidado del medioambiente. Ahora concentrará poder de decisión en todas las áreas en un momento en el cual China enfrenta varios desafíos, en particular en el terreno económico. Sobre todo, porque el país está tratando de modificar su patrón de crecimiento desde uno basado en la inversión y en las exportaciones a otro con más peso del consumo. Algunos analistas advierten que Xi podría ejercer el cargo con algunos rasgos autoritarios dado el poder que concentra aunque en el comunicado oficial se insiste en que se mantendrá el espíritu de conducción colegiado que instauró el antecesor de Xi, Hu Jintao. Pero muchos consideran que China necesita en esta etapa, en la cual procura incrementar su influencia en el escenario global, de un liderazgo fuerte.
