El Economista - 73 años
Versión digital

vie 26 Jul

BUE 14°C

Vuelve Bill Clinton, vuelve la alegría

Hillary apunta a noviembre con fuertes ataques a Trump y anticipando que su marido tendrá un papel destacado en el manejo de la economía durante su eventual gobierno.

19 mayo de 2016

A Hillary Clinton le faltan sólo 90 delegados para llegar a los 2.383 que son necesarios para obtener la candidatura presidencial. Con esos números, Hillary ?que esta semana ganó las primarias de Kentucky pero perdió las de Oregon? comenzó a ajustar su estrategia electoral pensando menos en las primarias que faltan y apuntando hacia las elecciones generales.

En ese marco, lanzó una campaña de avisos muy críticos sobre como destrata a las mujeres su rival republicano Donald Trump. Hillary está decidida a jugar fuerte la carta del género. Otra decisión reciente es darle un gran protagonismo a Bill Clinton. Los estrategas discutieron durante mucho si el expresidente era un activo o un pasivo para la candidata. Parece que la discusión quedó saldada. La idea ahora es mostrar a Clinton como alguien que va a tener mucha influencia en el manejo de la economía durante una eventual gestión de su mujer. Se están difundiendo avisos en los que se recuerda el exitoso desempeño que tuvo la economía durante sus años en la Casa Blanca. Es una campaña calculada porque la mayoría de los estadounidenses recuerdan a aquellos años como una época de gran prosperidad. Pero el dato clave es que se hablará cada vez más de economía desde ahora hasta noviembre. El discurso de Trump hace mucho hincapié en cuestiones económicas como es el caso de sus críticas a los acuerdos comerciales. También es cierto que el segmento de votantes más favorable para Trump y uno de los más difíciles de conquistar para Hillary es el de los trabajadores blancos que no están satisfechos con el rumbo del país y temen por sus empleos.

Por otra parte, las elecciones son siempre sobre el futuro y lo que Estados Unidos debe resolver en los próximos años es cómo recupera una tasa de crecimiento mayor porque desde la crisis de 2008 la economía, si bien se expandió, los hizo a tasas muy modestas.

Precisamente en tiempos de Clinton, en otro contexto global, la economía estadounidense creció a un promedio de casi el 4% por año mientras que durante la presidencia de Barack Obama el promedio fue la mitad. Es cierto que Obama sacó al país de una situación muy compleja pero ahora el desafío es volver a crecer a un ritmo mayor. Ese será un tema central en la campaña.

Le queda también a Hillary otro gran desafío que es el de seducir a quienes votaron por Bernie Sanders en las primarias. Es un segmento de votantes muy reacio a Hillary pero que es indispensable para ganar en noviembre. Pero será un proceso que llevará tiempo porque deben cicatrizar las heridas que quedan luego de cada campaña.

Está claro que Hillary, más allá de su preparación para el cargo, no es una buena candidata porque de lo contrario, Bernie Sanders no hubiese ganado veinte primarias ni seguiría en carrera (de hecho esta semana se impuso claramente en Oregon).

Mientras tanto, los republicanos están en otro juego. Trump concentra su esfuerzo en mostrar que el Partido Republicano está, paulatinamente, aceptando su candidatura y está confrontando directamente contra Hillary. Sabe que la mayoría de la dirigencia partidaria no lo quiere pero también sabe que menos aún quiere que los Clinton vuelvan a la Casa Blanca. Muchos republicanos están frente a un verdadero dilema, porque por un lado saben que apoyar a Trump tiene un costo en términos de la imagen partidaria, pero si lo aíslan, corren el riesgo de que sufra una derrota muy abultada que arrastre a los candidatos a legisladores. No volver a la Casa Blanca sería considerado como un fracaso electoral pero perder el control del Congreso sería visto como una catástrofe política. Los republicanos son mayoría en ambas cámaras. Su predominio en la Cámara de Representantes no correría riesgos siquiera en el caso de un mal resultado para Trump pero la situación en el Senado es distinta y un cambio de manos no puede descartarse.

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés