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Trump en busca de revancha

07 octubre de 2016

El domingo, en el segundo debate, Donald Trump tendrá la oportunidad de tomarse revancha y salir mejor parado que en el primero. Y eso, a esta altura, se convirtió en una necesidad porque falta un mes para las elecciones, y salvo los debates, no hay circunstancias en la campaña que tengan la entidad suficiente como para alterar significativamente las preferencias de los votantes. Atrás quedó el repunte en las encuestas que había tenido Donald Trump en los días previos al primer debate. Hillary Clinton volvió a estirar su ventaja desde entonces y ayer superaba a Trump por más de cuatro puntos en el promedio de encuestas que elabora RealClear- Politics. A su vez, para el Colegio Electoral se proyecta una victoria mucho más amplia. Algunos analistas anticipan que en el próximo debate Trump tendrá una actitud más agresiva y desplegará ataques personales contra Hillary. Otros, por el contrario, creen que Trump se concentrará en temas de política pública e insistirá en cuestionar los tratados comerciales y las prácticas desleales de China y otros países acusándolos de destruir empleos en el país. Fue lo que hizo en la media hora inicial del primer debate. Y hay coincidencia entre los analistas que ese fue el mejor momento de Trump en toda la campaña.

Muchos de los que se dedican al análisis electoral en Estados Unidos advierten que los cambios demográficos que se suponía iban a tener influencia en las próximas elecciones, tal vez la tengan ya en las de este año. Y los latinos tienen mucho que ver con esta situación porque votarán masivamente por Hillary y su presencia es cada vez mayor en los estados del sur que eran tradicionales bastiones republicanos. Encuestas poselectorales mostraron que sólo el 27% de los latinos votaron por Mitt Romney en 2012 y es probable que ese porcentaje apenas llegue al 20% en el caso de Trump. Eso coloca en situación competitiva a varios distritos. Un ejemplo de ello es Arizona en donde los candidatos republicanos ganaron 15 de las últimas 16 elecciones presidenciales (la excepción fue el triunfo de Bill Clinton en 1996) y hoy Hillary está encabezando las encuestas de intención de voto. La explicación es que desde 1990 la población hispana creció el 205% y la blanca el 45%. Algo similar ocurre en Nevada, Nuevo Mexico, Georgia y Colorado. El 62% del crecimiento demográfico de Estados Unidos lo explican los hispanos y por lo tanto, los republicanos tendrán muchas dificultades para volver a ganar elecciones presidenciales (sus candidatos sacaron menos votos que los demócratas en cinco de las seis últimas) si no logran avanzar en ese segmento del electorado. El desafío para los republicanos será encontrar en el futuro un candidato que resulte atractivo para los latinos, que se han tornado decisivos en muchos estados electoralmente competitivos. A su vez, la población afroamericana ?que vota en una relación de 9 a 1 por los demócratas? creció en Florida que también es clave para definir la carrera presidencial. En 2020, la población blanca, que se inclinó por los republicanos en todas las elecciones presidenciales desde 1968, dejará de constituir la mayoría del electorado. Pero el impacto del cambio demográfico en varios estados puede hacerse sentir cuatro años antes.

Hoy el Departamento de Trabajo dará los datos sobre el mercado laboral que son esperados con particular interés por dos motivos. El primero es porque puede influir en la decisión que tome la Reserva Federal en materia de tasas de interés aunque se espera que haya una suba este año y no más de dos el próximo. A largo plazo todos esperan un escenario de tasas más bajas que en el pasado. El segundo, es que dará un panorama sobre la situación del empleo y de la economía en general que puede ser tomada en cuenta por los votantes. Los analistas estiman que el mes pasado se crearon 175.000 empleos lo que demuestra que el mercado de trabajo se mantiene firme. Pero es probable que la tasa de desempleo continúe en el 4,9% como consecuencia de que más personas están entrando al mercado. Ese es un dato positivo y le otorga más margen de maniobra a la Reserva Federal porque se genera empleo pero sin llevar la tasa de desempleo a un nivel incompatible con la estabilidad de los precios.

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