En su discurso de apertura del tradicional simposio internacional que el Banco Central Europeo organiza en Sintra (Portugal), Christine Lagarde describió la hoja de ruta de la entidad en los próximos meses. Afirmó que en su reunión prevista para el 21 de julio se subirán en 25 puntos básicos las tres tasas de interés que regula. De todas maneras, la más relevante de todas seguirá en terreno negativo porque actualmente se ubica en -0,5%. Por otra parte, anunció otro incremento en septiembre que podría ser mayor si la inflación no empieza a dar muestras de ceder y reiteró que tomará todas las medidas necesarias para cumplir con la meta de inflación de 2% aunque reconoce que lograr ese objetivo llevará tiempo. Los analistas del mercado estiman que las tasas subirán 150 puntos básicos este año.
La inflación “es indeseablemente alta y se va a mantener por un tiempo”, reconoció Lagarde. El viernes se conocerá el dato preliminar de la inflación de la zona euro en junio y los analistas estiman que habría sido de entre 8,3% y 8,5% anual superando la marca de 8,1% del mes anterior. Por cercanía geográfica y perfil de sus importaciones, Europa ha sido la región más afectada por la invasión de Rusia a Ucrania que impactó en el precio de la energía.
Además, en este momento, muchos acuerdos salariales están indexados y hay aumentos preventivos por parte de las empresas porque las expectativas de inflación se mantienen altas. Es la conocida inercia inflacionaria que implica un desafío para la autoridad monetaria.
A pesar de las correcciones anunciadas, el BCE sigue muy atrás de la Reserva Federal que en su reunión de los días 26 y 27 de julio llevaría la tasa de interés a un rango entre 2,25% y 2,50% si decide un nuevo incremento de 75 puntos básicos.
Mañana en el simposio volverá a exponer Lagarde y también lo hará Jerome Powell.
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