Las ventas minoristas en la zona euro se mantuvieron inalterables en mayo con relación a abril, pero cayeron 2,9% en la comparación interanual.
Ese dato, se suma a la caída que mostró el índice de gerentes de compra de las empresas (PMI por sus siglas en inglés) elaborado por S&P Global.
- El índice compuesto que toma en cuenta a todos los sectores se ubicó en 49,9 puntos, y si es menor a 50 puntos, significa que la actividad está en contracción.
Esos datos abren la posibilidad de que la economía haya sufrido una leve caída en el segundo trimestre del año. De ser así, la zona euro tendrá una recesión técnica que ocurre cuando el PIB cae en dos trimestres consecutivos. Y en los primeros tres meses del año ya registró una mínima contracción de 0,1%.
- Es clave el desempeño de Alemania que tiene la economía más grande del eurozona y que anotó una caída en los últimos tres meses del año pasado y en los tres primero del actual. Sobre su desempeño en el segundo cuarto de 2023 hay opiniones contrapuestas.
Algunos indicadores muestran una ralentización de la actividad, pero no una caída, mientras que otros anticipan una tercera baja trimestral consecutiva.
De todas maneras, este cuadro no alterará la estrategia del Banco Central Europeo. Ya anticipó que hará otra suba de un cuarto de punto de la tasa de interés en su reunión de fin de mes. Y el mercado considera que no sería la última. La prioridad es que la inflación se vaya acercando a la meta de 2% de la que todavía está lejos. Si bien se viene desacelerando, se mantienen en niveles elevados, en particular en el caso de la inflación subyacente que excluye a los rubros de alta volatilidad.
En este contexto de ajuste monetario, la economía de la zona euro podría crecer menos de 1% en 2023.
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