La inflación en la eurozona llegó al 4,9% anual en noviembre, más que duplicando la meta de 2% del Banco Central Europeo y superando los pronósticos de los analistas. La suba del 27,4% en el precio de la energía tuvo un peso decisivo en el resultado, pero también aumentaron los servicios lo que plantea un desafío para el BCE. En Alemania el incremento fue de 6% en el índice que compatibiliza los precios entre los países de la moneda común. Christine Lagarde insiste en que la suba del índice de precios comenzará a desacelerarse en los próximos meses y que se cumplirá con la meta, pero muchos analistas consideran que la inflación se estacionará en niveles más elevados por bastante tiempo.
En este contexto, los mercados estarán muy atentos a lo que resuelva la entidad monetaria en su reunión prevista para el 16 de diciembre. Allí se discutirá sobre el futuro del programa de activos.
Además, en diciembre se reunirá la Reserva Federal que podría decidir acelerar el proceso de reducción de compra de activos según lo manifestado por Jerome Powell en el Senado. Esa posibilidad impactó negativamente en Wall Street y las acciones se derrumbaron.
De todas maneras, todos los pronósticos económicos están condicionados a lo que ocurra con la variante Omicron que eventualmente podría obligar a restringir algunas actividades lo que impactarían en el nivel de actividad.
