A cinco semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Hillary Clinton lleva una ventaja de 2,5 puntos según el promedio de encuestas que realiza el portal RealClearPolitics. Pero en materia de Colegio Electoral lleva una diferencia más amplia y nada indica que vaya a modificarse. De hecho, una de las características de este proceso electoral es la estabilidad que se observa en las preferencias de voto. En los últimos meses, la máxima ventaja que logró Hillary fue de siete puntos y hubo momentos de paridad, pero nunca hubo diferencias mayores y en ningún caso Donald Trump lideró los sondeos. Esa tendencia arraigada, lleva a suponer que es poco lo que pueden hacer los estrategas de las campañas para introducir modificaciones importantes. Hillary tiene todo para ganar, pero no logrará despejar los reparos que tiene con ella un amplio sector del electorado. Tendrá que ganarse la confianza de los ciudadanos una vez que ya esté en la Casa Blanca. Aun muchos de los que consideran que ganó el primer debate presidencial, la consideran demasiado ambiciosa y poco confiable. A Trump se le hará muy difícil remontar la cuesta y más allá del esfuerzo de sus asesores no logrará convencer a la mayoría de los estadounidenses de que está preparado para ser presidente. Y entre los que tenían alguna duda al respecto, Trump se encargó de despejarla con su actuación en el primer debate.
En cuanto al contexto tampoco cabe esperar cambios significativos porque la economía seguirá entregando datos moderadamente positivos ? tanto en el mercado de trabajo como en materia de nivel d actividad? que relativizarán la demanda de cambio que siempre existe, en mayor o menor medida, frente a un proceso electoral.
En el tramo final de la campaña, los candidatos se concentrarán en aquellos estados que hoy se presentan más reñidos. Volcar alguno de ellos puede ser decisivo para las pretensiones de los candidatos. En este momento el esfuerzo está localizado en siete distritos: Iowa, Nueva Hampshire, Pennsylvania, Ohio, Carolina del Norte, Virginia y Florida.
A esa lista básica se pueden sumar algunos estados. Uno de ellos es Colorado en el cual la ventaja de Hillary se redujo en las últimas semanas. También puede sumarse Nevada, que ambos candidatos aspiran a ganar y que visitarán en los próximos días porque, además, Las Vegas será la sede del último debate. A su vez, Georgia, que en todas las últimas elecciones se inclinó a favor del candidato presidencial republicano, podría ahora respaldar a Hillary porque cambió significativamente su composición demográfica con una mayor presencia de población latina que se sumó al importante caudal de afroamericanos que vive en el distrito.
Quedan todavía por delante tres debates: dos entre los candidatos presidenciales y uno ?menos relevante? de los vices, Tim Kaine y Mark Pence, que se llevará a cabo mañana. Pero parece difícil que puedan alterar las preferencias electorales salvo que alguien cometa un error muy severo.
