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¿Hay vida más allá de Brasil?

Las estrategias para compensar el bajón del principal mercado de exportación.

12 mayo de 2016

 por Daniel Jatimliansky

En 2015, las ventas de automóviles livianos y comerciales en Brasil cayeron 25,6% con respecto a 2014. En unidades, se comercializaron cerca de 2,5 millones de rodados (el peor año desde 2007, pero el octavo mejor de la historia del país) frente a los más de 3,3 millones del período anterior. Este año, la situación empeoró: durante el primer cuatrimestre se patentaron 644,3 mil unidades, casi 28% menos que en el mismo período de 2015. Si se tiene en cuenta que, en Argentina, alrededor de la mitad de la fabricación de automóviles se destina al país vecino, los datos alarman. No obstante, algunas terminales atenuaron los efectos negativos del principal mercado de la región.

Un ejemplo fue Toyota, que se encuentra en plena expansión. En marzo, inauguró la ampliación de su planta industrial, que pasó de una capacidad de fabricación de 97.000 unidades en 2013 a 140.000. “Para entender eso tenés que mirar el proyecto global de Toyota en la región”, sostuvo el gerente de Relaciones Públicas de la filial local de la compañía, Santiago Roca.

El incremento del potencial de producción se enmarcó en que la planta será la base de fabricación y exportación, para toda Latinoamérica de la pick up Hilux y de su variante familiar, la SW4. El 70% de la producción local de la marca se exporta. Además de Brasil, Paraguay, Uruguay y Colombia, desde mayo sumaron ventas a Bolivia, Chile, Ecuador y Perú. Según consideran en la empresa, la región tiene potencial para comercializar anualmente 400.000 pick ups.

Además de Hilux, en Argentina se producen las camionetas Ford Ranger y Volkswagen Amarok. En 2018, la planta de Renault en Córdoba comenzará la fabricación de otras tres pick ups: una propia, otra para Nissan y la restante para Mercedes-Benz a través de un acuerdo comercial entre las compañías. En Renault prevén un volumen de 70.000 unidades por año, el 70% de las cuales serán exportadas a la región.

Honda Motor Argentina también creció. En 2014 dejó de fabricar el modelo City para iniciar, en 2015, la producción del SUV denominado HR-V. “Si bien Brasil viene cayendo en unidades comercializadas, en nuestro caso la producción no se ve afectada”, aseguró el gerente senior de Relaciones Institucionales de la firma, Martín De Gaetani. Este año completarán doce meses de producción del modelo por primera vez y esperan alcanzar 15.000 unidades (48% más que el período anterior), de las cuales exportarán solo el 30%: “En línea con nuestras proyecciones, estaremos destinando una mayor cantidad de unidades al mercado local”, anunció.

Otra empresa que mitigó los efectos negativos del mercado de Brasil fue Scania, que hasta 2014 exportaba allí casi el total de su producción. Hoy, mediante de un convenio con su casa matriz, envía a Europa el 35% de lo fabricado en su planta de Tucumán. La marca sueca es la única de las terminales nacionales que no fabrica vehículos terminados sino solo componentes de transmisión, que son vendidos 100% al exterior.

En 2015, las exportaciones “estuvieron en el orden de los US$ 130 millones y este año la proyección es cercana”, estimó el director de Recursos Humanos, Legales e Institucionales de Scania Argentina, Lisandro Echeverría.

En conjunto, la producción de automóviles utilitarios livianos en la Argentina cayó 13,3% en el primer cuatrimestre en relación al mismo período de 2015 (142.615 unidades frente a 164.453) y las exportaciones se redujeron casi 30% (55.962 unidades frente a 79.422). Además de Brasil (las exportaciones a ese mercado disminuyeron en 17.000 unidades interanuales), también bajaron las ventas a México (1.400), Colombia (1.600), Australia y Nueva Zelanda (1.000), Europa (800) y Chile (680). A su vez, hoy se exporta a menos mercados que hace un año, aunque la mayoría de los destinos interrumpidos representaban un volumen reducido.

De acuerdo con el secretario Gremial del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), Ricardo De Simone, entre 2015 y 2016 se perdieron entre 1.500 y 1.600 puestos de trabajo en las terminales nacionales a través de retiros voluntarios. “Brasil viene muy mal y no va a levantar hasta mediados de 2017 y, entonces, es muy difícil que acá levante”, pronosticó.

En cambio, las terminales automotrices auguran una reactivación del mercado brasileño para el último trimestre del año, consideró un directivo de la Asociación de Fábricas de Automotores de la Argentina (Adefa). En cuanto a las estrategias para reducir los impactos de la crisis de ese país, señaló que “el año pasado las terminales empezaron a analizar las posibilidades de abastecer otros mercados de la región” que no producen.

“Hay una transformación en la industria porque cada vez se prioriza más la complementación y especialización con Brasil con la idea de no competir entre nosotros”, expresaron desde la asociación. Y anticiparon que están expectantes por la posibilidad de un acuerdo bilateral con Colombia que permitiría exportar hasta 20.000 vehículos por año con cero arancel.

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