Alguna vez, un analista político local dijo que perder el estado de Texas para un republicano es el equivalente a que un peronista pierda en La Matanza. Algo que no ocurre casi nunca. Sí, también hay “voto cautivo” en la derecha. Sería algo impensado y un síntoma de una pésima gestión y/o una valoración muy baja (suelen estar conectadas las variables).
¿A qué viene? En pocos meses más, un republicano puede perder Texas. Según una nueva encuesta, Joe Biden, el retador demócrata, está arriba de Trump en la capital nacional del Partido Republicano. Según la Universidad de Texas, el demócrata aventaja a Trump por 5 puntos: 48% a 43%. Otras, sin embargo, muestran empate técnico.
Los republicanos casi no invierten dinero en Texas porque siempre ganan y los demócratas tampoco por el motivo opuesto: siempre pierden. Hoy, por la posibilidad de una victoria, los demócratas van a ir por Texas y, en la política estadounidense, eso implica invertir dinero en publicidad. Se especula, también, con una posible visita de Biden.
Trump fue consultado ayer por la encuesta y dijo una frase poco feliz (para los argentinos, cuanto menos): “Estamos ganando”. Fiel a su estilo, criticó a los medios (“fake news”, dijo) y las “phony polls” (encuestas truchas). “Estamos varios puntos arriba”, añadió ante periodistas en la Casa Blanca.
En su bunker, sin embargo, la noticia fue una bomba. El último republicano en perder Texas fue Gerard Ford en 1976 y, en 2016, Trump ganó por 9 puntos.
La moneda aún está en el aire, pero la encuesta es todo un síntoma de los problemas que enfrenta Trump para conseguir “four more years” en la Casa Blanca.
